My Way Heels es más que una marca de tacones intercambiables. Es la iniciativa de cuatro emprendedores -tres mujeres y un hombre- que ha logrado que cada mujer pueda tomar la decisión de cómo desea que sea la altura de sus zapatos sólo cambiando de tacón. Es la opción perfecta para esas jornadas maratonianas que empiezan en la oficina, pero que pueden acabar en una cena o una noche de copas con amigos. Un concepto de negocio tan original como necesario, que nació tras un esguince de tobillo por un tacón roto durante un viaje al extranjero.
A los MyWay Heels se les puede extraer la parte trasera (la altura, por así decir, del tacón) e introducir una pieza de un tamaño menor con el fin de minimizar el impacto de estos. Todo esto con un simple clic y un giro de mecanismo, que permite generar el cambio a su usuaria en menos de tres segundos. Disfrutando así, como opción, un zapato con tres alturas de tacón: tres, cinco y siete centímetros.
Para su financiación, durante la pandemia, sus creadoras abrieron un crowdfunding entre medio centenar de familiares y conocidos que invertían hasta 500 euros cada uno. Lo que las ayudó a realizar dos rondas de merchandising con más de 300 ventas (de tote bags y pegatinas) por toda España y otros puntos de Europa. Un dinero que se reinvirtió en la empresa, con el fin de dar a conocer la marca y expandir su comunidad. De hecho, cada fase del trayecto hasta el punto actual ha sido sufragada con otros proyectos y trabajos externos “para no depender de nadie. Para que, después de tanto esfuerzo, no llegue un inversor a imponer sus criterios sin más”, explicaron a este diario.
El proyecto nació en la ciudad de Shanghái, con el fin de dar una solución al problema que sufrió una de las fundadoras. Investigando más, descubrieron que no era un caso puntual, sino que el problema lo sufrían más del 60% de las mujeres que utilizaban tacones en el mundo. “Somos una empresa joven, e invertimos nuestro tiempo y energía en el proyecto, que es nuestra pasión”, señaló Yaiza Barandiarán, cofundadora y CEO de MyWay Heels. “Hemos superado la etapa de experimentación, exprimiendo nuestros recursos al máximo. Aún nos acordamos de cuando nos dieron el primer presupuesto para los primeros prototipos, nos pedían 30.000 euros y decidimos hacerlo nosotras con impresoras 3D que, por cierto, no teníamos ni idea de cómo manejar en un primer momento”.
El valor añadido del negocio es servir a las necesidades de distintos tipos de mujer
Sus responsables hablan de dos perfiles diferentes como sus principales clientes. Por una parte, mujeres ejecutivas o directivas, de entre 35 y 50 años. “Una descripción validada por un panel de clientas, a través de una serie de preguntas centradas que nos han servido para recolectar datos y reconstruir el perfil. Nos centramos en mujeres trabajadoras, que tienen un alto poder adquisitivo y disfrutan de una social plena. Además, se preocupan por su salud y bienestar, por lo que llevan, en general, una vida activa”.
Muchas de ellas tienen su familia formada, explica esta emprendedora, y trabajan en lo que les apasiona. “Disfrutan yendo a la moda, y verse bien es uno de sus mayores aliados. Sin embargo, los tacones es un producto que estiliza y realza la figura, aunque a la vez incómodo para muchas de ellas. Un tacón no puede ser barrera para su día a día, por lo que son nuestro cliente clave. No sólo por el producto, sino por el posicionamiento de marca que buscamos, de exclusividad y lujo. Ofrecemos un producto atrevido, aunque sofisticado, al igual que las mujeres que consumen moda y ostentan cargos profesionales”.
Por otra están las mujeres de 22 a 35 años, junior de prácticas o cursando su máster. “Genéricamente, los estudios de estas chicas son universitarios, la mayoría dirigidos a la administración y dirección de empresas”, continuó Yaiza Barandiarán. “Respecto a la personalidad, se trata de chicas abiertas de mente y muy extrovertidas, adoran viajar y eso les facilita desarrollarse tanto en su vida profesional como personal. Perfeccionistas y con un gran cuidado de su imagen, ya que debido a su trabajo deben seguir un dress code. Llevan una vida activa, en la que compaginan su salud mental con su bienestar físico. Y utilizaría nuestro producto por: falta de tiempo, vida social y profesional activa, por lo que necesitan comodidad y versatilidad, pero siempre prevalece el estilo”.
El negocio aborda un problema de salud recurrente entre las mujeres
El problema que resuelve MyWay Heels va más allá que ayudar a crear el outfit perfecto, o ser más que un complemento. “Además, queremos enfrentarnos al gran dolor e incomodidad que este tipo de zapatos provocan al usarlos. De hecho, estamos cubriendo dos grandes temas muy polémicos actualmente a nivel mundial; uno está relacionado con la salud y el segundo con la reducción de desechos y la contaminación dentro del mundo de la moda del calzado”.
Millones de mujeres se quejan cada año del uso de tacones y de las lesiones que provocan los más elevados: desviación vertebral, artrosis de rodilla, esguince de ligamento o de tobillo… “Los pies son una de las partes más importantes de nuestro cuerpo; nos llevan a todas partes y sostienen todo nuestro peso corporal”, apuntó la cofundadora y CEO de MyWay Heels. “Debido a la crisis sanitaria de la Covid-19 hemos aprendido que es mejor prevenir que curar. Y el consumidor medio, tras la pandemia, se ha dado cuenta de la importancia de darle a nuestro cuerpo el valor que realmente tiene, cuidando más nuestra salud y la de nuestros familiares. Y esta es la respuesta, la solución a la prevención de aparición del problema”.
Estas emprendedoras desean también concienciar a sus clientes de que comprar un par de MyWay Heels es tener todas las combinaciones posibles de tacones con un solo clic. “La mayoría de las veces, los tacones solo se emplean en contadas ocasiones especiales. Por lo que no tienen el uso se merecen y para el que fueron fabricados. Nuestro concepto es fácil: te compras un par de buenos tacones, evitando el consumo excesivo y enfrentándote a la industria del fast fashion”. Además, la producción de sus tacones es 100% nacional, al igual que la de sus materiales.
Mientras llegan las ventas, estas emprendedoras autofinancian cada paso que dan
El proyecto fue finalista en el Global Student Entrepreneur Awards (GSEA), entre iniciativas de más de 55 países, y ganó el primer premio en el concurso de proyectos innovadores U-Bai. Desde enero de 2023 está en proceso de aceleración de startups en la madrileña La Nave y, también el pasado año, consiguió el premio a la empresa emergente en crecimiento en el Citizen Camp de la Deusto Business School.
“El importe del premio nos permitió viajar a la Fashion Week de Milán. Algo que nos interesa muchísimo, pues en los desfiles las modelos visten la ropa de cada diseñador, pero los complementos y los accesorios son de terceros. Y ya hemos firmado algún acuerdo para el desfile de este año”, concluyó Yaiza Barandiarán.
El trayecto ha sido duro, pero ahora MyWay Heels y sus creadoras se encuentran en la fase final de fabricación. “Somos una marca exclusiva y hemos de emplear los mejores materiales para lograr un producto de calidad, que tenga una vida media muy superior a la de aquellos otros productos de usar y tirar”. Y mientras, participar en cuantos showrooms y eventos de lanzamientos puedan, “en todas las ciudades claves y específicas que hemos estudiado y donde hay un alto porcentaje de mercado”.
Detrás de la iniciativa hay muchos estudios cursados en escuelas de negocios
El equipo está formado por cuatro personas, que se conocieron al comienzo de su periplo educativo; además de un par de trabajadores de forma externa:
Yaiza Barandiarán (CEO). Formada en el grado Leinn Internacional (liderazgo, emprendimiento e innovación), estudios europeos que educan de forma paralela tanto en la teoría como en la práctica de desarrollo de negocio, promoción y gestión del mismo. La particularidad del modelo internacional es que el programa exige a sus alumnos estar de forma presencial en tres países diferentes, con una estancia mínima de cuatro meses en cada uno de ellos (Shanghai, Berlín y Seúl) aprendiendo el idioma local.
Aroa Ugarte Bilbao (CBO). Es la encargada de diseñar la promesa de marca, el producto, junto a una amplia cartera de diseñadores que BIAF (Bilbao International Art and Fashion) ofrece y todo lo que esta conlleva.
Clara Abades (CMO). Formada también en el grado Leinn International. Especializada en Marketing, Comunicación y ventas, tiene experiencia laboral en este sector de la empresa. Asimismo, domina de manera profesional el inglés y el euskera, además de hablar también alemán en un nivel intermedio y chino mandarín de manera básico-avanzada. Es la persona encargada de dirigir la comunicación, externalización y puesta en marcha del proyecto.
Jon Ander Merodio (CFO). Ha trabajado gestionando las cifras y la financiación del proyecto. Y aporta la visión y desarrollo clave del plan de expansión al completo. Fundó una empresa multisectorial con presencia internacional. Con el paso del tiempo, ha liderado proyectos en campos tecnológicos, energéticos y de servicio. En 2021 fue parte de la empresa BetahausX, acelerando más de 15 startups coreanas, además de liderar un proyecto tecnológico en Europa Park. En 2021 fundó también una consultoría de innovación para empresas industriales en Euskadi.