Noah Kagan lanzó su negocio en apenas un fin de semana. Tras varios intentos fallidos tuvo una buena idea y no se lo pensó dos veces. Ahora es multimillonario gracias a su empresa, AppSumo, que ofrece paquetes de software con descuentos.
Fundó la empresa en 2010 y ahora suma unos ingresos de casi 75 millones de euros. Copió el modelo de MacHeist, una web que oferta paquetes de software para Apple, y lo lanzó para usuarios de otros sistemas.
Pagó 44 euros a un programador de Pakistán para crear la página web con pago vía PayPal y 12 euros más por el dominio. Luego se dedicó a promocionarlo y el trabajo ya estaba hecho.
Ahora explica su modelo mediante su libro, Million Dollar Weekend, y, como explica en CNBC, señala que cualquiera puede copiarlo, solo hace falta seguir estos tres pasos:
Empieza ya
A veces esperas y esperas buscando el mejor momento y simplemente necesitas empezar ya. Formarse y prepararse para ese paso está bien, pero no se puede alargar eternamente en opinión de Kagan.
Esto implica que es muy probable que te equivoques en varias cosas, pero no serán tanto fracasos como experimentos; experiencias que son necesarias para aprender y por las que hay que pasar inevitablemente.
Según el autor, las personas con éxito siguen un claro patrón: actúan y aprenden del feedback e implementan mejoras, cuestiones que no se pueden estudiar en la teoría.
Busca un problema y aporta una solución por la que la gente pagaría
Un buen producto o servicio es aquel que soluciona un problema, algo por lo que el público esté dispuesto a pagar. Por ello, gran parte del proceso inicial debe ser hallar ese problema. Cuando lo tengas, solo falta implementarlo y hacer que llegue a más gente.
Kagan explica que en el camino del emprendimiento ha liderado productos que no tenían sentido o por los que nadie quería pagar, como juegos de azar online o cuidado del césped. Sin embargo, en cuando dio con algo de valor comenzó a ganar dinero rápido.
Pregunta y repregunta
Para este autor, preguntar es una habilidad de lo más valiosa. Esto pasa por estar preparado para encajar una respuesta que puede que no te guste: preguntar una opinión, pedir que te compren o que trabajen contigo.
Es importante preparase para ello y entender que hasta la mejor idea tendrá un porcentaje de rechazo y no pasa nada.