La compra del 9,9% de las acciones de Telefónica por parte del operador saudí STC Group ha disparado las alarmas en el sector de las telecomunicaciones español, que aún está procesando las implicaciones que puede tener este movimiento.
Aunque STC Group ha querido dejar claro que no tiene intenciones de controlar la totalidad del mayor operador español, lo cierto es que no es la primera vez que ocurre algo similar en el sector y tenemos un precedente muy próximo de hace solo un año.
En 2022, otra empresa árabe compró una participación cercana al 10% en uno de los operadores de telecomunicaciones mayoritarios en España, inicialmente también con intenciones amistosas, aunque con el paso del tiempo ha ido haciéndose con una parte importante del control.
Se trata del ejemplo de Vodafone y el operador emiratí Etisalat, con sede en Abu Dabi, un caso que sorprende por la gran cantidad de paralelismo que tiene con el de Telefónica en sus primeras fases y que puede ser revelador sobre las intenciones de futuro de STC Group.
Todo comenzó cuando el año pasado Etisalat, o Emirates Telecommunications, irrumpió en el accionariado de Vodafone comprando el 9,8% del operador británico por casi 4.230 millones de euros, más del doble de lo desembolsado por STC.
Etisalat aseguraba que no tenía «intenciones de influencia y control» sobre el operador, pero poco después su participación subió hasta el 11%, asentándose como el mayor accionista por delante de Vanguard, HSBC y BlackRock –esta última también estaba entre los que controlaban Telefónica.
Menos de un año después, Etisalat aumentó aún más su accionariado hasta el 14,6% y la emiratí desembarcó en el consejo de administración de la operadora, donde desde mayo ocupa un asiento Hatem Dowidar, consejero delegado de la empresa árabe y exdirectivo de Vodafone.
De momento Etisalat tiene un asiento en el consejo de administración pero su presencia puede aumentar hasta los 2 puestos en caso de que alcance el 20% de la participación, aunque se rumorea que puede llegar hasta el 25% de presencia.
Todo este proceso ha sucedido en un momento particularmente complejo para el operador británico, que ha caído un 55% en bolsa en los últimos 5 años, ha cambiado de CEO cesando a Nick Read en favor de Margherita della Valle e incluso se rumorea que puede vender su división en España por 3.900 millones como parte de su estrategia de reconversión.
El operador emiratí mantiene que respalda a la actual directiva de Vodafone y que su intención es construir «una colaboración mutuamente beneficiosa» con la teleco británica, que ya contempla la prestación de servicios conjuntos a grandes cuentas como multinacionales y administraciones públicas.
Pero en el mercado se especula que su movimiento puede estar orientado a que Etisalat se haga con Vodacom, la división del operador en África, que es una de las más crece en la actualidad.