Un físico nuclear abre una panadería que con el tiempo se transforma en una cadena con 131 puntos de venta (35 de ellos propios) que facturan casi 30 millones de euros. La historia de Moncho López es de las que ‘enganchan’ desde el principio. Conozcamos los detalles.

Mientras estudiaba, López empezó a trabajar en Decathlon, donde, una vez terminada la carrera, llegó a dirigir el centro de Alcobendas, con cerca de 300 empleados. “Aquí ya me convencí de que, por mucho que hubiese estudiado Física, yo soy tendero: me dedico a hacer tiendas y tengo tiendas”.

Con 28 años, nuestro protagonista dio el paso emprendedor. Entonces le acababan de despedir de Cortefiel; explica López que siempre ha sido crítico con el inmovilismo en la empresa y con las cosas que cree no están bien hechas. “Un día cayó en mis manos un artículo donde hablaban de las tres actividades sin paro: panadería, pescadería y charcutería. El de panadería me parece un negocio bonito, donde la relación con el cliente es extraordinaria; no olvidemos que el primer producto de repetición de compra de un español es el pan. La decisión estaba tomada y el primer Levaduramadre abría en el madrileño barrio de Retiro.

De esto, hace 17 años. “Hoy camino por esa zona y el 80% de los vecinos me para para saludarme, para preguntarme por mi hijos, me sé la vida de cada uno… Es tan entrañable que no se me ocurre otro sector donde hubiese encajado mejor con mi forma de ser”.

Esa cercanía con la gente la trasladó al proyecto. Otra de las señas de identidad es la calidad extrema del producto. “Me crié en Madrid y no fue hasta los 17 años cuando comí un tomate auténtico; fue en un viaje por Pirineos cuando dije: si esto es un tomate, ¿qué he comido hasta ahora? A partir de aquí, me convertí en un ‘pirado’ de los sabores, de sus matices y tomo muchas decisiones a diario con el paladar”. Y, como tercer pilar de la marca, una cuidada puesta en escena de las tiendas, fruto del acusado sentido estético de López, como él mismo reconoce.

Calidad en el día a día

Atención al cliente, calidad e imagen cuidada en el punto de venta. Tres elementos a los que aspira todo emprendedor, pero con los que Levaduramadre realmente ha dado en la tecla ¿Cómo lo han conseguido? “Presentes desde la primera tienda, la clave es que estamos comprometidos con ellos hasta niveles máximos. Por ejemplo, para alcanzar esa calidad de producto que buscamos nos metemos en obradores de cuatro millones, como el obrador central de Madrid, mientras que en cada obrador satélite invertimos 600.000–700.000 euros, para tener un producto fabricado cada noche in situ en cada una de las regiones donde estamos”.

A los de Madrid, Montaberner (Valencia) y Barcelona, la compañía va a sumar el de Bilbao. “Acabamos de cerrar el contrato de alquiler de la nave y estará operativo en dos–tres meses, con la previsión de abrir tiendas a finales de año en Bilbao y San Sebastián”. Parte vital del negocio, es interesante conocer la estrategia que siguen al instalarlos. “En principio son deficitarios hasta que no cuentas con un mínimo de ocho–diez tiendas, algo normal, ya que tienes que generar una estructura en ellos. Vamos decidiendo sus ubicaciones en base a dónde estimamos que tenemos más posibilidades de abrir más tiendas”.

Desde estos obradores se distribuye, cada noche, el producto a una tienda que López define como un pequeño despacho de pan de muy alta calidad. “Aspiramos a ser el panadero de la parroquia. Al final, no nos posicionamos en los lugares premium de la ciudad, sino en los barrios, acercando un surtido amplísimo. Cada noche, sólo de pan, elaboramos 46 referencias, pero la gama total de producto está cerca de las 300. La familia de pan supone el 50–55% de la venta, la de pastelería el 30% y la de cocina el 15%”.

La importancia de lo que no se ve

Considera López que otro de los factores determinantes para que el proyecto vaya bien es ofrecer al franquiciado un modelo de negocio muy sencillo. “Y para ello desplegamos un back office muy complejo, donde una vendedora puede hacer desde el TPV uno o 37 pedidos que luego se compilan todos y se distribuyen por diferentes vías. Y el camino a seguir continúa siendo éste. Ahora estamos desarrollando una herramienta que nos permita realizar estimaciones en base a la tendencia de la tienda, de su histórico y de otros muchos factores, para hacer un pedido automático, algo que simplificar aún más el modelo”.

Todas estas piezas han ido dando forma a una expansión que, en verano del 2022, alcanzaba el hito de las 100 tiendas en Madrid y la primera tienda fuera de este mercado, con una apertura en Valencia. “El plan es incorporar unas 50 tiendas por año. En 2023 queremos consolidar las plazas ya existentes, además de abrir cinco–seis en País Vasco”. Subraya López que, cuando entran en una zona nueva, las dos–tres–cuatro primeras unidades son propias, “para tener el control absoluto, que actúen como escaparate para enseñar al franquiciado, para formaciones…”. Respecto a la facturación, prevén cerrar el ejercicio con casi 40 millones, con lo que seguirán la tendencia de crecimiento del “30% año contra año”.

Hechos relevantes

Subraya López que en esta trayectoria también son decisivos episodios como su divorcio –su mujer se quedó con las tres tiendas que poseían entonces, él con la marca y ahí germinó el proyecto de franquicia– o la entrada de su socio –y primo– Iñaky de la Cuesta. “Él es el genio del back office, uno de los grandes artífices de todo esto”. Y también fue capital la entrada de Comess Group en el verano del 2021. “Ha sido un salto importante y casi lo vinculo con la salida de Madrid. “Como empresario puedes tener cierta intuición, pero, como individuo aislado, los miedos o los saltos demasiado grandes en lo económico dan mucho miedo; te preguntas, ¿me voy a meter yo a salir a Valencia?, ¿a Barcelona?, teniendo, como cuando llegó Comess, 50–60 tiendas. Al final te puedes quedar en esa cifra, un número cómodo, para toda la vida… craso error, porque siempre digo que las empresas nunca están quietas; o están creciendo o decreciendo, con lo cual fue estratégica su llegada para ayudarnos en ese crecimiento”.

Claudio Novoa

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