Cada vez que he emprendido lo he sentido

El vértigo emprendedor: Si no lo sientes, algo va mal
Si alguna vez has pensado en montar algo por tu cuenta y no te ha entrado vértigo, enhorabuena: o eres un genio o estás completamente loco.
Porque el miedo es parte del proceso.
No se trata de eliminarlo. Se trata de entenderlo y usarlo a tu favor.
Ese nudo en el estómago es buena señal
El miedo suele venderte una historia de terror:
❌ «Vas a fracasar.»
❌ «Te vas a arruinar.»
❌ «¿Y si todo sale mal?»
Pero lo curioso es que esas mismas preguntas las han tenido en la cabeza todos los que hoy han triunfado.
Elon Musk antes de lanzar Tesla.
Jeff Bezos cuando dejó su empleo en Wall Street para vender libros por internet.
Cualquier emprendedor que haya puesto los pies en la calle sin saber si va a llegar al final del mes.
Y, sin embargo, lo hicieron.
El miedo no desaparece, pero tampoco manda.
Cómo usar el vértigo en vez de dejar que te use a ti
🔹 Si sientes vértigo, es porque lo que vas a hacer importa
El miedo no aparece cuando haces algo insignificante. Solo se activa cuando te estás moviendo fuera de la zona de confort. Eso significa que vas en la dirección correcta.
🔹 Cambia la pregunta
En lugar de preguntarte «¿y si sale mal?», pregúntate:
👉 ¿Y si sale bien?
👉 ¿Qué es lo peor que puede pasar?
Spoiler: la mayoría de las veces lo peor que puede pasar no es tan grave.
🔹 Vértigo y emoción son primos hermanos
Lo que tú llamas «miedo» es casi lo mismo que la emoción de hacer algo grande. El truco es etiquetarlo de otra manera.
🔹 La acción mata al vértigo
Cuanto más piensas, más alimentas el vértigo. Pero en cuanto das el primer paso, el miedo pierde fuerza. Muévete antes de que tu cerebro te convenza de lo contrario.
Si te da vértigo, hazlo igual
Si esperas a no sentir miedo para empezar, nunca empezarás.
Los que montan empresas, crean proyectos o cambian su vida no son los que no tienen vértigo. Son los que deciden no obedecerle.
Así que si estás sintiendo vértigo, felicidades.
Significa que estás a punto de hacer algo que vale la pena.
Ahora, la pregunta es: ¿vas a dejar que el vértigo decida por ti o vas a usarlo a tu favor?