Dónde pasa las fiestas la gente más rica del mundo

Dónde pasa las fiestas la gente más rica del mundo

Los multimillonarios preparan las fiestas con sus jets privados y superyates, y muchos se dirigen a lugares conocidos.

Cada diciembre, los más ricos parten hacia destinos caros para pasar tiempo con sus familias y, a menudo, con otros multimillonarios.

Este año no será diferente.

«Van a lugares que son exclusivamente para personas de alto poder adquisitivo», explica a Business Insider Winston Chesterfield, fundador de Barton, una consultora centrada en el lujo y los más ricos. «Quieren resorts privados lejos de todo el mundo porque no quieren estar rodeados de todos los demás».

Muchos de los yates más grandes del mundo ya han navegado hacia aguas más cálidas.

El yate Koru de Jeff Bezos y el Eos de Barry Diller están flotando en el mar Caribe, según Marine Traffic. El Whisper de Eric Schmidt se dirige a Barbados, y el Odessa II de Len Blavatnik ha atracado recientemente en Antigua.

Una vez que sus multimillonarios propietarios estén a bordo, es probable que varios de estos barcos se dirijan a St. Barths.

«Siempre digo que, si uno quiere meter los pies en la arena y comerse un cruasán como si estuviera en París, St. Barths es su sitio», explica a BI Elisabeth Brown, directora de membresía del servicio de conserjería de lujo Knightsbridge Circle.

Conocida por su exclusividad, sus hoteles y restaurantes de lujo y su belleza natural, la isla lleva décadas siendo una de las favoritas de los más acaudalados. Los Rockefeller y los Rothschild construyeron fincas allí a mediados del siglo pasado.

El año pasado, Bezos, su prometida, Lauren Sánchez, y Michael Jordan fueron vistos en St. Barths, y el superyate de David Geffen, el Rising Sun, se dejó ver cerca.

Para quienes no se alojen en yates, los hoteles de lujo más populares, como el Eden Rock y el Cheval Blanc, propiedad de LVMH, del multimillonario Bernard Arnault, llegan a costar más de 5.000 dólares (4.800 euros) por noche en esta época del año.

Los hoteles menos caros no son precisamente baratos, lo cual forma parte de su atractivo. Una habitación en el hotel menos caro disponible para la semana entre Navidad y Año Nuevo cuesta más de 3.000 dólares por noche.

«No tiene nada que ver con el mercado masivo. Es imposible estar allí a menos que uno sea muy rico», afirma Chesterfield.

Otros viajeros superricos optan por destinos más fríos, eligiendo abrazar el clima invernal.

«Las vacaciones en la montaña son más una escapada que otras vacaciones, incluso lo son más que las escapadas a sus propias islas privadas remotas y esas cosas», afirma Chesterfield.

En Europa, esa escapada son los Alpes. Gstaad, St. Moritz, Courchevel —que era uno de los destinos favoritos de los oligarcas rusos— y Val-d’Isère son opciones clásicas para los altos patrimonios, según Chesterfield y Brown.

Recientemente, Chesterfield ha visto a algunos elegir destinos más tranquilos, como Crans-Montana (Suiza), donde la multimillonaria Vicky Safra tiene una casa, o Kitzbühel (Austria).

«Allí es menos probable encontrarse con gente conocida», añade.

Algunos de los más ricos poseen chalets de ocho cifras que alquilan por hasta 40.000 dólares a la semana en temporada alta. Los precios siguen subiendo en estos lugares: las casas de Gstaad, el lugar más caro, cuestan 41.500 euros por metro cuadrado, según el Índice Alpino 2024 de la consultora inmobiliaria Knight Frank.

La compra de apartamentos de lujo en complejos turísticos, como el Six Senses de Courcheval, también es cada vez más habitual, en gran parte debido a los servicios que ofrecen, como spas, saunas, aparcacoches y conserjes.

En Estados Unidos, Aspen sigue siendo la estación de esquí más selecta.

Según un estudio realizado en 2023 por la empresa de datos Altrata, la ciudad cuenta con la mayor densidad de residentes con un patrimonio superior a los 30 millones de dólares. Multimillonarios como Steve Wynn, Daniel Och y Terry Taylor poseen casas allí, y en los últimos años, celebridades adineradas como Rihanna y Kylie Jenner han sido fotografiadas en el centro durante las fiestas.

«Es lo más parecido a un après europeo», afirma Brown. «Grandes montañas, buen esquí, los hoteles son de primera categoría, los restaurantes son impresionantes».

Hay un restaurante del chef Nobu Matsuhisa, tiendas de diseñadores como Prada y Gucci, y clubes privados para que los superricos se sientan como en casa.

Por supuesto, a veces los multimillonarios son como nosotros, al menos en cierto modo. Uno de los clientes de Brown va a regalarle a su familia un viaje a Disney World, aunque costará algo más que las típicas vacaciones de una familia promedio.

«Son unos días, para unas siete u ocho personas. Probablemente, acabe costando 75.000 dólares, más o menos», dice Brown.

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