Aunque siempre es un problema para los negocios, en plena situación inflacionista y tras unos años marcados por la pandemia, los trabajadores por cuenta propia necesitan más liquidez que nunca para poder mantener a flote sus negocios y no contraer más deudas. Además de las vías de financiación de las que tanto se viene hablando en los últimos años, como son los préstamos ICO, los autónomos pueden recurrir a otros mecanismos, como el confirming o el factoring.
Si bien es cierto que estos dos conceptos han sido creados para obtener liquidez inmediata y poder cobrar o pagar las facturas a tiempo, también vienen acompañados de una serie de inconvenientes que, en caso de desconocerse, pueden conllevar una serie de consecuencias negativas económicamente hablando.
Hay que tener en cuenta además que el banco ha de aceptar aplicar este tipo de fórmulas. Para ello, ha de tener claro que es asumible el riesgo. Es decir, no aceptará el factoring o el confirming si los deudores o proveedores del autónomo son poco solventes. Lo normal es que la entidad haga un estudio al respecto.
Confirming: cómo los bancos pueden gestionar el pago a proveedores
Tal y como explica el Banco de España a través de su portal web, el confirming es un servicio que ofrecen las entidades “que consiste en gestionar los pagos de una empresa a sus proveedores con la posibilidad de que el acreedor cobre las facturas antes de su vencimiento”.
Es decir, las entidades financieras que ofrecen este servicio adelantan el importe de la factura al proveedor, pudiendo así cobrar de forma anticipada. “El confirming se ofrece para que se pueda pagar las facturas con anterioridad a su vencimiento o para obtener financiación, siendo frecuente su uso en empresas que tienen diversificados sus proveedores, desean posponer el pago de los mismos, o que tienen un sistema de pagos complejo”, explicaron desde el Banco de España.
De esta manera, cuando el autónomo o negocio recibe la factura de un proveedor, si es correcta, comunica la orden de pago a la entidad bancaria encargada de realizar el confirming, indicando la fecha de cargo en su cuenta. El banco comunica al proveedor la conformidad de la factura y la fecha de vencimiento y ofrece la posibilidad de anticiparle el pago, previo descuento de los costes financieros. Es decir, en la gestión están implícitos unos intereses y comisiones de gestión.
Según las fórmulas de pago del cliente, existen varios tipos de Confirming:
- Estándar: la entidad bancaria gestiona los pagos a los proveedores de su cliente, y les ofrece la opción de anticipar el dinero correspondiente a las facturas pendientes de cobro.
- Pago financiado: el autónomo o negocio en cuestión paga la factura a su proveedor en la fecha de vencimiento, pero financia el pago con el banco en un plazo determinado, tras el cual la entidad bancaria cargará la cantidad correspondiente más los intereses y comisiones.
- Pronto pago financiado: en este caso, el proveedor y el autónomo llegan a un acuerdo y pactan una fecha de pago anterior a la del vencimiento de la factura, negociando un descuento “por pronto pago”. El banco adelanta el dinero a su cliente, financiando así la cantidad correspondiente hasta la fecha de vencimiento original.
Ventajas e inconvenientes del Confirming
El Confirming ofrece una serie de ventajas tanto a los autónomos y negocios que necesitan liquidez como a los proveedores de estos. Para los autónomos, recurrir a este método de pago puede suponer una mejora de las relaciones con sus proveedores, la posibilidad de obtener descuentos en las facturas por pronto pago y el beneficio que supone poder financiar los pagos de sus facturas pendientes.
Por su parte, para los proveedores supone la eliminación del riesgo de impago, así como la facilidad para cobrar al contado el importe de las facturas emitidas. Sin embargo, tomar la decisión de utilizar el método del confirming para obtener liquidez y pagar a proveedores, puede conllevar también una serie de inconvenientes, que pueden suponer un riesgo para los negocios.
“El Confirming ha ayudado al crecimiento de las empresas, mejorando la relación y pagos a proveedores, pero esa situación ha enseñado su cara más amarga», explicó Eduardo Bellosillo, experto en economía y director de desarrollo de Negocio Lending. Según este experto, a lo largo de los años, el confirming ha llevado a una serie de consecuencias negativas. Por un lado, “los bancos pueden cerrar de golpe las líneas de confirming, eliminando una fuente de financiación importantísima para el cliente, pero también para sus proveedores”. Esto supone que muchas empresas y negocios “sufran”, ya que se trata de un producto “que genera una fuerte dependencia”.
Por otra parte, la refinanciación de estas líneas “se ha hecho con préstamos, más para que el banco cobre que para dar continuidad a la financiación de proveedores, que se ve cortada de golpe”. Por último, la tercera consecuencia que explicó este experto es que el Confirming puede tener “un efecto indeseado” para el cliente pagador, es decir, para el autónomo. “Puede darse un efecto bumerán. Cuando el proveedor ya está ahogado, entra en concurso de acreedores, con embargo de Hacienda y Seguridad Social”, destacó Eduardo Bellosillo.
“Si el proveedor anticipa el cobro y al poco tiempo entra en concurso, el juez puede reclamar al deudor o embargar de los derechos de cobro frente a la Seguridad Social, Hacienda, o la propia masa de acreedores. Esto implica que la empresa deudora tendría que pagar porque los derechos de cobro no han sido cedidos adecuadamente a nadie con el Confirming, y a vencimiento el banco le va a cobrar las órdenes de pago. Por eso, acabaría pagando dos veces la misma deuda”, especificó.
El factoring o cómo cobrar de forma anticipada las deudas
El factoring, tal y como definen desde el Banco de España, consiste en la adquisición de créditos con origen en ventas de bienes inmuebles, prestación de servicios o realización de obras, “concediendo anticipos sobre dichos créditos, asumiendo o no sus riesgos, y encargándose de cobrarlos a su vencimiento”.
Es decir, es un mecanismo que permite cobrar de forma anticipada el importe de las deudas. Esta alternativa de financiación circulante a corto plazo está basada en la cesión de facturas emitidas o de créditos a una entidad financiera que se encarga de su cobro al deudor.
“La actividad de factoring la llevan a cabo habitualmente los bancos, cajas de ahorros y otras empresas especializadas como “factores”, interviniendo también en ella el cliente “cedente” de los créditos y el deudor o “cedido”. Puede ser utilizado como una fuente de financiación y obtención de recursos de grandes empresas o de pymes que trabajen con grandes empresas y con plazos de pago muy largos”, señalan desde el Banco de España.
Actualmente, existen distintos tipos de factoring, según las necesidades de cada autónomo, negocio o empresa:
- Factoring sin recurso: cuando la entidad financiera es quien asume el riesgo de impago del deudor. Es la modalidad más extendida.
- Factoring con recurso: la empresa que contrata el factoring responderá del riesgo de insolvencia del deudor.
- Factoring con notificación: la entidad financiera notifica al deudor que ha cedido la factura. A partir de ese momento, este queda obligado a pagar a la entidad según los términos acordados.
- Factoring sin notificación: el deudor, al no tener constancia de la cesión de la factura, pagará a la empresa.
- Factoring de Agencia: con independencia de la modalidad que se elija de las anteriores, la empresa cedente puede ser nombrada agente de cobro por parte de la entidad. De esta forma, la propia empresa realiza el cobro de los créditos cedidos y está obligada a remitir a la entidad financiera los fondos que vaya recibiendo de sus deudores incluidos en el contrato de factoring.
- Factoring con/sin globalidad: en todos los tipos mencionados, el contrato puede requerir, en algunas ocasiones, que la empresa tenga que ceder a la entidad la globalidad de la facturación sobre uno, varios, o todos los deudores incluidos en la operación.
Ventajas e inconvenientes del factoring
Las ventajas de esta fórmula para financiar circulante son reconocidas tanto por entidades como por clientes. Gracias al factoring se adquiere liquidez inmediata, no supone endeudamiento, se externaliza toda la gestión del cobro y se ofrecen informes sobre los clientes.
A cambio, hay que soportar ciertos costes financieros al ceder el cobro a una entidad, aunque no son excesivos. “Las entidades de factoring suelen cobrar una comisión por cada operación en función del crédito, que puede ser del 2% al 3% del total. Además, te cobran un interés en función del plazo de vencimiento, si anticipas los créditos, y una comisión por costes del servicio. También te pueden repercutir un coste de seguro e incluso hasta gastos de estudio, pero todo esto hay que negociarlo con cada entidad individualmente”, explicaron desde la compañía experta en pymes y autónomos, Holded.
Cabe destacar, que las entidades bancarias, por regla general, solo admiten utilizar este método si tienen suficientes garantías de pago por parte de la empresa deudora. En caso de no tener dichas garantías, la solicitud podría ser rechazada. No obstante, en las propias cláusulas ya se suelen especificar las consecuencias derivadas de que la empresa en cuestión no realice el pago correspondiente. En los factoring sin recurso, existe una cláusula por la que si el deudor no paga, la entidad recuperará el crédito cedido. Si se trata de un factoring sin recursos, se asumirá el riesgo de insolvencia o morosidad del deudor.
Asimismo, en caso de no realizar correctamente las gestiones, puede generarse una mala imagen. “Si no comunicamos bien a nuestros clientes la operación, pueden interpretar que nuestra empresa ha sido intervenida o que se encuentra en una pésima situación financiera, aunque la realidad sea todo lo contrario”, explicaron desde Holded.
No obstante, y pese a que el factoring puede implicar estos inconvenientes, desde la Asociación Española de Factoring revelaron que esta técnica está empezando a ser cada vez más utilizada por los trabajadores por cuenta propia. “Mientras que hace unos años los autónomos apenas hacían uso del factoring, principalmente debido a la falta de conocimiento financiero, a día de hoy los datos se han incrementado y cada vez son más los autónomos y pymes que optan por esta medida”, señalaron.