El teletrabajo ha tenido una larga vida, pero ha sido en los últimos años cuando ha ganado protagonismo, junto a otras modalidades que rompen con el esquema tradicional de ir de lunes a viernes a estar unas 40 horas en la oficina.
La idea del trabajo en remoto surgió de un ingeniero de la NASA en la década de los 70, pero, salvo alguna mención en las leyes españolas, no recibió una atención especial hasta que llegó la pandemia del COVID-19 en 2020. Ahora, apoyado en las nuevas tecnologías y de la mano de iniciativas como la semana laboral de 4 días, intenta renovar el panorama laboral.
La tendencia anterior de ir a la oficina 5 días a la semana «ha muerto» para muchos trabajadores, según Nick Bunker, economista del portal de empleo Indeed. «El trabajo a distancia ha llegado para quedarse», declara a CNBC.
De acuerdo con Nicholas Bloom, economista de la Universidad de Stanford (EEUU, país en el que regularon esta opción laboral antes que en España) que lo ha estudiado durante dos décadas, la proporción de trabajo desde casa a tiempo completo ha pasado del 5% en 2019 al 27% en la actualidad.
Es probable que se estabilice en el 25% y ha ido cayendo de forma constante desde el 60% que se dio en los primeros meses de la pandemia, pero supone 5 veces más que entonces. «Es enorme. Es casi imposible encontrar algo en economía que cambie a tal velocidad, que suba un 500%», resalta para CNBC.
En España, las cifras son diferentes, pero la tendencia es similar: ha habido un continuo descenso de la presencia del teletrabajo a partir del pico originado por la pandemia, pero también un importante incremento desde los niveles prepandémicos.
Antes teletrabajaban de manera ocasional o más de la mitad del año el 8,3% de los asalariados, mientras que en 2022 teletrabajó el 14% de los ocupados de 16 a 74 años (3,3 millones de personas; fue un 17,6% en 2021), según la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares, publicada por el INE en noviembre del año pasado.
Una de cada 3 personas (33,6%) que trabajó online en 2022 lo hizo todos los días y una de cada 4 (26,1%) teletrabajó entre 3 y 4 días semanales; de media, fueron 3,1 días a la semana de trabajo en remoto, recogen Europa Press y La Información.
Tanto datos así como la Organización Internacional del Trabajo y varios expertos coinciden en apuntar a un modelo híbrido para el futuro (semana laboral dividida entre teletrabajo y oficina).
Este «ya es mayoritario» en España, donde puede que el tejido empresarial tenga «problemas» para adaptarse a él, al estar compuesto en su mayoría por pequeñas empresas, cuya estructura hace «muy complicado» gestionar el teletrabajo, explica a Business Insider España Roberto Martínez, director de la iniciativa de certificados en conciliación EFR de la Fundación más Familia.
«El smartworking [trabajo inteligente: metodología que se centra en el trabajador] se está manteniendo sobre todo en Madrid y Cataluña, donde la dimensión de las empresas es superior a la media nacional. En esas grandes y medianas empresas, el modelo híbrido es fundamental, especialmente desde el punto de vista de la eficiencia, la gestión y la motivación», subraya.
El enfoque híbrido o mixto aunaría los beneficios de ambos mundos. Por un lado, están la tutoría de empleados, la innovación y cultura de la empresa, la colaboración cara a cara y la socialización que permite la oficina, según Bloom.
Por otro, la larga lista de ventajas del teletrabajo para empleados y empleadores: menos transporte y más tiempo libre y flexibilidad para recoger a los hijos del colegio o actividades de ocio (o para seguir trabajando), más productividad y un equilibrio más saludable entre vida laboral y personal, conciliación y compromiso, mayor retención de empleados y ahorro de dinero, entre otros.
A todo ello se suma la aparición de la semana laboral de 4 días, que ha mostrado menos estrés y sueño en los trabajadores y mismos ingresos y reducción del absentismo laboral en las empresas. «En un futuro lejano tendremos que trabajar menos que hoy», se ha involucrado incluso Bill Gates.
«Sigue siendo una tendencia en evolución, pero el movimiento apunta hacia un mayor trabajo a distancia», afirma a CNBC Julia Pollak, economista jefe de ZipRecruiter, plataforma de empleo.
Sin embargo, la economía también podría jugar su papel: si se enfría (mayor desempleo, menos ofertas de trabajo, menor poder de negociación del trabajador), cabe la posibilidad de que algunos empresarios introduzcan políticas más estrictas de trabajo desde casa, de acuerdo con los economistas consultados por el medio.
Habrá que ver también si empleadores y empleados se ponen de acuerdo: ya ha habido conflictos por el teletrabajo en casos como Apple, Twitter, Starbucks, Amazon, el sector IT español y El País, entre otros.