Inditex juega en otra liga.

La empresa en manos de Marta Ortega ha publicado este miércoles los resultados correspondientes a sus 9 meses —de febrero a octubre— y va camino de cerrar el año como lo empezó: superando sus propias cifras récord.

El dueño de Zara ha ganado unos inéditos 1.589 millones de euros en su tercer trimestre fiscal, es decir, entre agosto y octubre, un 22% más que un año antes, empujado por unas ventas que, pese a no alcanzar las previsiones, superan los 8.700 millones de euros.

Mejor aún es el acumulado. El beneficio correspondiente a los 9 primeros meses de su año fiscal se sitúa en los 4.102 millones de euros, lo que implica un avance del 32,5% y una gesta nunca vista en el grupo: la ganancia actual roza casi todo lo anotado en 2022.

«Estamos ante el Inditex más fuerte», pronunciaba hace tan solo unos meses Bank of America. Nadie ha conseguido quitarle la razón.

Pero el cómo llega el grupo a esta robustez implica navegar en su cuenta de resultados porque son 3 los factores los que forman un triángulo perfecto y los que harán que la empresa logre lo que parece imposible: volver a cerrar el mejor año de su historia.

El margen bruto más alto desde hace años

Inditex sigue sin tocar techo, fundamentalmente, porque no divisa el horizonte con su margen bruto, es decir, la ganancia bruta por artículo vendido. Estos últimos resultados han reflejado un umbral de rentabilidad del 59,4%, lo que sitúa el valor en más de 15.200 millones de euros.

El avance es un hecho: un año atrás, en lo que ya supuso el mejor tercer trimestre de su historia, se movía en 58,7%. Hoy, el porcentaje actual es el más alto para el periodo analizado desde que Inditex recopila datos –la media de los 4 últimos años se movía en el 58,4%–.

Y la perspectiva es la de seguir por esta senda. El grupo espera que el margen aumente en 75 puntos básicos este año. «En general, nuestro modelo proporciona una gran estabilidad en los márgenes», explicaba Marcos López, CFO del grupo, durante la posterior conferencia con analistas.

«Inditex tiene un poder de mercado«, sostiene María Mira, analista de Estrategias de Inversión, quien habla de una simbiosis perfecta: control exhaustivo de costes y la fortaleza para manejar precios. Todo ello le lleva, precisamente, donde quiera estar: llegar a este 2023 con unos márgenes en máximos.

Misma visión traslada desde XTB, el analista Javier Cabrera, que insiste en que la expansión llega gracias a la eficiencia operativa, basada en 2 pilares: la proximidad de sus proveedores, que permite dar una respuesta más rápida a la demanda de los consumidores y el segundo, más importante aún: «La capacidad para transformar el espacio comercial gestando un modelo en el que el online y lo físico se retroalimentan».

Ser igual de operativo con menos armario

Pero hablar de margen lleva indiscutiblemente a hablar del inventario que se mueve, al fin, en unos valores positivos y que evidencian que Inditex puede ser igual de operativo con menos producto.

Tanto es así que el gigante textil anota unas ventas récord reduciendo sus existencias en un 5%, respecto al mismo periodo de 2022, cuando estas crecieron un 27%. Así, a 31 de octubre, el armario del grupo tiene un valor de 4.404 millones frente a los 4.650 millones de un año antes.

No es menor este hecho. Cabe recordar que el grupo ya libró su particular batalla para controlar un armario que en el verano de 2022  anotó un nivel inédito de inventario, al crecer un 43%–. La intención era la de blindarse ante la subida sistemática de costes, pero el riesgo no era menor: perder frescura y anticipación.

Tan clave resulta este punto que la propia dirección del grupo atribuye el buen rendimiento del margen bruto a una «cierta normalización en las condiciones de la cadena de suministro».

Los analistas apuntan a que el modelo flexible puesto en marcha por el grupo ha dado sus frutos y le aporta un «dinamismo ganador». «Su gestión de las existencias se debe a su capacidad de detectar la demanda. Todo ello le permite saber qué moda está vigente en cada momento y realizar tiradas cortas de producción», argumenta Javier Cabrera.

Los inventarios, por tanto, no suelen durar mucho en sus centros logísticos o tiendas. Tampoco es menor la aplicación de la tecnología RFID, que permite un control de las existencias en sus tiendas. Una enorme rotación de armario y el preciso seguimiento de él genera al grupo la combinación ganadora.

Y llevar su rentabilidad comercial donde nunca había estado

Pero todo lo anterior no puede explicarse si entrar a valorar otro indicador, que pese a pasar más desapercibido, no resulta menos clave a la hora de analizar: el retorno sobre las ventas —ROS, por sus siglas en inglés— y que, en pocas palabras, calcula cuánto de cada euro de sus ventas se traduce después en beneficio.

La fórmula confirma la evidencia: el gigante gallego se encuentra en el margen operativo más positivo de su historia. Se mueve en el 20% o, lo que es lo mismo, Inditex se embolsa 20 céntimos por cada euro que vende. Nunca había llegado a este nivel ganancia —desde hace años, se movía sobre los 17 céntimos—.

De esta forma, y como resume el analista de IG, Sergio Ávila, los márgenes han mejorado gracias a que todo lo demás funciona con precisión suiza: «Una venta rápida empuja la caída de las existencias a la vez que aumenta los ingresos por ventas».

Así, el triángulo operativo es más un precioso circuito comercial que Inditex, como el rey de la jungla que es, controla como nadie.

Marta Godoy

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