En España cada vez hay más empleos sin empleados y más empleados sin empleo. Es la paradoja de las vacantes: ¿cómo puede ser que en el país con la tasa de paro más alta de la Unión Europea las empresas tengan cada vez más problemas para encontrar trabajadores?

Ahora mismo en España hay 2,9 millones de personas en paro y, al mismo tiempo, más puestos de trabajo sin cubrir que nunca. Hace unos días el INE publicó un repunte del desempleo en la última EPA: el número de parados aumentó en el primer trimestre de 2023 y se acerca a la frontera de los 3 millones.

Al mismo tiempo, aumentan los puestos de trabajo sin cubrir. Un día antes de que se publicaran los datos de la EPA, Fedea, BBVA Research y la Fundación Rafael del Pino avisaban de un repunte en el número de vacantes: «la tasa de vacantes ha estado creciendo ininterrumpidamente«, señalaban en su Observatorio del Ciclo Económico.

Concretamente, la relación entre vacantes y desempleo se ha disparado un 66% a finales de 2023 respecto a los niveles prepandemia (en el cuarto trimestre de 2019).

«Las encuestas regulares realizadas a empresas, por parte tanto de la Comisión Europea como del Banco de España, ponen de manifiesto que la falta de mano de obra es percibida por las empresas como uno de los principales factores que limitan su actividad productiva», coincide el banco de España en su último informe anual sobre el mercado de trabajo.

En particular, el porcentaje de empresas que declaran que la falta de mano de obra es un factor que limita la actividad empresarial pasó del 25% a principios de 2022 al 42,5% a finales de 2023.

España no es la única economía en sufrir el problema de las vacantes. Es más, el porcentaje de vacantes en España está muy por debajo si se compara con otras grandes economías europeas.

«Que hay un problema de vacantes es innegable. Pero en comparación con Europa nuestro problema es ridículo» resume María Romero, socia directora de Analistas Financieros Internacionales (Afi).

El problema es que España combina puestos de trabajo sin cubrir con la tasa de paro más alta de la Unión Europea. Si la UE cerró 2023 con una tasa de paro en mínimos históricos (5,9%), en España se situó en el 11,7%, según datos de Eurostat. Uno de cada 5 desempleados de la UE reside en España, según datos The Adecco Group Institute.

En el caso de España, además, el repunte de vacantes se suma a las bajas por enfermedad, vacaciones y dimisiones de trabajadores, que se encuentran en máximos históricos. Un cambio de tendencia que refleja que algo está pasando en el mercado laboral. 

«Desde hace 40 años España siempre ha tenido el doble de paro que el promedio de países avanzados. Ahora vemos cómo, además de que eso sigue, hay un nuevo problema de dificultades para encontrar mano de obra, y es un problema más complicado de lo que nos temíamos», avisa Ángel de la Fuente, director ejecutivo de Fedea.

La ratio de vacantes respecto a asalariados ya marcó máximos en el primer trimestre de 2023, desde septiembre de 2013, que es cuando comienza la estadística de vacantes del Instituto Nacional de Estadística (INE), y desde entonces no dejan de aumentar. En total, más de 155.000 puestos de trabajo sin cubrir.

Es normal que países con bajo nivel de desempleo tengan mayores niveles de vacantes. Pero en el caso de España, el problema es más complejo.

«Nos atreveríamos a decir que es un problema casi único en nuestro entorno, ya que debemos entender cómo pueden ser compatibles altos niveles de paro con considerables tensiones en la cobertura de vacantes, que en los últimos trimestres se incrementan en muchos sectores de actividad», avisa Javier Blasco, director de The Adecco Group Institute.

En momentos de expansión de la economía, ese número de vacantes tiende a aumentar. «Observamos que cada trimestre hay un pequeño desajuste más entre lo que la oferta de empleados disponibles y lo que las empresas demandan», apunta Florentino Felgueroso, investigador asociado de Fedea.

Según Blasco, «no hay un problema de vacantes en España. Pero sí que lo hay, o mejor dicho, hay un problema mayor porque las tensiones entre oferta y demanda no sólo vienen de la escasez del talento necesario, sino que en nuestro país debe sumarse la escasez del talento disponible, o en algunos casos, del talento dispuesto a aceptar un empleo, o que esté capacitado para el mismo».

Esto, explica Blasco, «tiene que ver con la escasa activación de nuestro mercado de trabajo y con problemas de cualificación, por tratar de empezar a dar pistas sobre aquello que se viene llamando la paradoja del mercado de trabajo español, señala Blasco.

Para Felgueroso, el problema que empieza a haber, y que irá agravándose, tiene que ver con el envejecimiento de la población y la carrera por el talento, en la que no solo compiten las empresas españolas, sino de todo el mundo.

«Ahora mismo hay menos nacimientos que durante la Guerra Civil. Si tenemos cada vez menos jóvenes, y esto sumado a la jubilación de la generación del baby boom, la cuestión de las vacantes irá en aumento», añade Felgueroso.

La proporción de jóvenes de entre 16 y 24 años en busca de trabajo se ha reducido de un 50% en 2003 a poco más de una tercera parte. En los últimos años el mercado laboral ha perdido a 700.000 jóvenes, a 38.000 por año, destaca un estudio de Cepyme.

Entre la jubilación de los baby boomers y la inversión de la pirámide demográfica, al desajuste se le sumará una escasez de personal sénior. El número de puestos veteranos sin cubrir en España podría estar entre 1,6 y 2 millones para 2030, pronostica un estudio de ManpowerGroup.

En muchas comunidades, cuenta Felgueroso, «hay una escasez de personal generalizado porque los jóvenes se han marchado a grandes metrópolis en busca de oportunidades de empleo».

Es el caso de los informáticos, por ejemplo. «Observamos que este sector se ha centralizado mucho en los últimos lustros», explica Felgueroso. Concretamente, Madrid ha ido absorbiendo gran parte del personal cualificado del resto de España (tres cuartas partes de los contratos de especialistas informáticos en la última década se firmaron en la Comunidad de Madrid).

Según los datos de The Adecco Group Institute, en España el 53% de los directores y directoras de Recursos Humanos reconoce tener problemas a la hora de reclutar talento para su compañía, debido a la escasez de ciertos perfiles cualificados en el mercado laboral que son muy demandados.

Pero los datos pueden ser todavía más desalentadores: otra encuesta de Cepyme eleva al 71% el porcentaje de empresas con problemas para encontrar trabajadores.

«En empleos menos cualificados te encuentras con problemas, pero en los más cualificados también», añade Felgueroso.

Según el propio Banco de España, «esto ocurre tanto en sectores y ocupaciones de baja cualificación —por ejemplo, la hostelería y el comercio— como en aquellos que requieren una cierta cualificación técnica profesional —sobre todo, en el ámbito de las empresas tecnológicas y de ingeniería—».

En el primer caso, que puede ser el del sector de la hostelería (para el que se estima un déficit de mano de obra de 40.000 personas) o de los camioneros, que se quejan de un déficit de 15.000 personas; el problema no está en la falta de personal cualificado, sino en que se trata de profesiones que han dejado de ser atractivas para muchos jóvenes, especialmente en una fase de crecimiento económico.

Las vacantes pueden aumentar en momentos de expansión económica debido a que las empresas crean nuevos puestos de trabajo porque mejoran sus previsiones, y también pueden producirse en épocas de crisis, cuando las empresas dilatan los reemplazos de empleados que se jubilan por miedo a un aumento de costes.

Pero también ocurre con profesiones cualificadas. «Hay sectores donde la falta de profesionales cualificados viene siendo una tónica de nuestro mercado laboral desde hace años», añade Blasco.

Más allá de causas relacionadas con el envejecimiento de la población y la falta de relevo generacional, otra de las razones detrás de ese desajuste en profesiones cualificadas tiene que ver con la fuga de talento. «Somos el país de Europa con mayor sobrecualificación, pero nuestras condiciones laborales no son competitivas: nos superan en salario, estabilidad laboral…», avisa Felgueroso.

Otra causa está relacionada con el desajuste entre la oferta formativa elegida por los jóvenes y las posiciones donde hay vacantes. España es uno de los países europeos con una mayor proporción de alumnos en carreras de Humanidades y una de las menores en carreras de ingeniería.

El problema es que la demanda de empleados en humanidades es mucho menor que la de carreras técnicas, lo que termina provocando un desajuste entre la oferta y la demanda, además de efectos colaterales como que el 14% de la población con estudios universitarios termine realizando trabajos no cualificados.

¿Dónde se concentran las vacantes?

Si bien cada autonomía tiene sus peculiaridades, hay ciertos perfiles que se están viendo más afectados por esta escasez a nivel general en todo el país:

  • Profesionales del ámbito IT (que llevan años siendo los puestos más difíciles de cubrir y cuya demanda crece de forma exponencial sin poder formar al suficiente personal que sale de universidades, centros de FP y similares para cubrir esa alta demanda).
  • Personal sanitario (si bien siempre han sido profesionales muy buscados, desde el estallido de la crisis sanitaria son más demandados que nunca a cualquier nivel: auxiliares, DUES, médicos/as, técnicos/as de laboratorio en la parte de Lifescience…).
  • Perfiles técnicos o con titulación de FP asociados al desarrollo de la Industria como electromecánicos/as, carretilleros/as, soldadores/as, oficios, operarios/as para el sector de la alimentación, técnicos/as de calidad y de mantenimiento.

Pero también sucede esta escasez al buscar perfiles cualificados asociados al desarrollo de los Servicios, como es el caso de comerciales y administrativos con idiomas, ingenieros, teleoperadores, y personal de hostelería. «Los últimos dos años ha podido apreciarse con más intensidad que nunca la falta de personal cualificado para cubrir la alta demanda de puestos que la reactivación de la actividad turística y hostelera tras la crisis sanitaria trajo asociada», añade Blasco.

Según datos de Adecco, los puestos de trabajo que más se solicitaron en los primeros meses de 2023 son operario (que engloba profesiones como tornero, fresador, electromecánico, montaje, pintura, chapa, soldador, mozo de almacén, carretillero, limpieza, electricista, mecánico, frigorista, carpintero, fontanero, mantenimiento…), que copa la primera posición de un ranking de cerca de 60 vacantes con el 30,3% de las ofertas.

Le sigue administrativo, financiero y auxiliares, con el 20,9%, atención al cliente, teleoperadores y comerciales, que aglutina el 10,5% de las ofertas, el puesto de director, responsable o coordinador (8,8% de las ofertas) y, en quinta posición, ingeniero (3,9%).

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