Quizá una de las capitales de provincia que más evidencian ese anhelo por encontrar nuevos modelos es el de Málaga. La ciudad de la Costa del Sol llegó a la crisis provocada primero por el coronavirus y luego por la guerra en Ucrania tras años abonada al monocultivo del turismo y la hostelería.

Un dato que sirven de contexto: según el último balance del año turístico disponible elaborado por la Junta de Andalucía, en 2021 el 16,3% de la población activa malagueña se desempeñaba en el subsector turístico. Y una anécdota que sirve para ilustrar la situación: lo que queda de la industria en la ciudad ya es solo patrimonio, y en lugar de conservarse se está desmantelando.

El papel que tiene el turismo en la economía española no es exclusivo de Málaga, por supuesto. Con todo, las apuestas que desde el Gobierno se han puesto en marcha por tratar de incentivar el sector secundario —a través de los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica o PERTE— hacen que localizaciones como la andaluza tengan nuevas oportunidades.

El motivo: el fenómeno que desde hace años se viene dando allí. La apuesta que por ella han hecho grandes compañías como Google, que abrirá en el Muelle Uno del puerto uno de sus principales cuarteles generales europeos especializados en ciberseguridad, o Vodafone, que ya tiene allí su centro de innovación tecnológica a nivel también continental, han puesto en el mapa la ciudad.

Ese fenómeno de la Málaga tecnológica sigue consolidándose, y por supuesto atravesando toda la campaña electoral hasta las elecciones que se celebrarán a finales de mes.

Un ecosistema tecnológico que puede ser un reclamo para las fábricas de chips

Los anuncios de primero Google y después Vodafone, sumado al auge y éxito de firmas de cáriz tecnológico en la ciudad —como BeSoccer, Freepik o Uptodown— cimentaron también un relato de la Málaga tecnológica que en los últimos meses ha comenzado a poner pie en pared frente a excesivos triunfalismos.

Bernardo Quintero es el fundador de VirusTotal, una startup que fue adquirida por Google hace años, convirtiéndoles a él y a su equipo en los campeones de la ciberseguridad para la multinacional del buscador y los principales artífices de que la gigante tecnológica haya puesto sus ojos en la ciudad andaluza.

En una reciente entrevista con Sur, el propio Quintero alertaba de la «euforia constante» que estaba viviéndose en la ciudad y fue contundente: «Es el momento de ser exigentes con los proyectos que vienen a Málaga».

Esta misma semana se cumple un año desde que se anunció la aprobación del PERTE Chip, que pretende movilizar 12.500 millones de euros para la atracción e implantación de factorías de semiconductores en territorio nacional. A principios de este año el comisionado especial del PERTE, Jaime Martorell, reconocía las bondades y posibilidades de Málaga.

Lo cierto es que candidatas no le faltan al PERTE, que de momento mantiene ese dinero sin movilizar. Pero mientras el ecosistema tecnológico de la ciudad puede ser un buen escaparate para atraer inversores, los candidatos en liza de cara a las municipales empiezan a ser conscientes de que es necesario gestionar la transformación de la urbe. Málaga puede morir de éxito.

El punto de partida —lluvia de millones europeos contextualizados en los fondos de recuperación— es sólido, aunque mejorable. Así lo entiende Roy Cobby, investigador en la King’s College y miembro del think tank Future Policy Lab. Cobby publicó hace unas semanas un amplio informe titulado El retorno de las políticas industriales.

En el documento, Cobby y sus compañeros desgranaban si se habría podido gestionar mejor la política industrial. «No era un diagnóstico solo de los PERTE», ya que el análisis se remontó a las últimas 3 décadas y los resultados fueron «bastante negativos». En los 80 y 90 «no todos los países abandonaron sus políticas industriales activa». España fue uno de los que sí la abandonó.

«Se hizo seguidismo en general de ciertas doctrinas económicas que erróneamente pusieron en la diana prácticas que son imprescindibles para el éxito empresarial y para la prosperidad privada y nos hizo perder algunos años, sobre todo en algunos sectores donde España a día de hoy debería tener bastante más competitividad».

¿Y ahora? El problema sigue estando en la «falta de instituciones que canalicen los problemas de sectores concretos». «No hay por ejemplo interconexión entre los ministerios que están llevando a cabo los PERTE. Se están ejecutando en distintos ministerios, en silos, sin tener en cuenta interconexiones que pueden existir entre el PERTE Chip y el PERTE del vehículo eléctrico».

«Tampoco tenemos una banca de desarrollo propia». «Tenemos el Instituto de Crédito Oficial, pero el ICO no cumple el mismo papel «que sí cumple el KfW en Alemania». Además, «en España hemos sido muy cortoplacistas en el desarrollo de políticas industriales». «La atracción de la inversión es siempre el principio».

Lo que desde el Future Policy Lab proponen es que esas inversiones tengan «una traducción a largo plazo». «A un alcalde o a un líder regional le pueden gustar mucho hacerse la foto con la apertura de una factoría… pero siempre tiene que haber un plan detrás». «No es solo que lleguen nosecuantos millones, es ver esos millones en qué dirección van».

El alcalde que aspira a seguir gobernando la ciudad, Francisco de la Torre, resumió sus propuestas en 3 puntos que compartió con Demófilo Peláez, el autor de la newsletter especializada en el desarrollo tecnológico de la ciudad, Málaga Hub. El primer punto venía a responder a una demanda que varios CEO de firmas tecnológicas han lanzado en los últimos meses: faltan espacios de oficinas.

A juicio de De la Torre, las oficinas en la trama urbana son mucho más sostenibles que tenerlas «en el parque tecnológico».

Málaga ParkTech, antes conocido como el Parque Tecnológico de Andalucía, es un amplio espacio que cobija grandes compañías y en el que trabajan 20.000 personas. El entorno del teletrabajo ha puesto en jaque ese modelo, aunque su presidente se mostró confiado en su continuidad en una entrevista con este medio hace años.

El segundo punto que defendió el regidor es el del fomento del talento local: Málaga puede atraer el de fuera pero «genera problemas de vivienda». El tercero, el desarrollo de la trama urbana: «La respuesta también tiene que estar en la capacidad del propio territorio para acoger este tipo de iniciativas».

Sobre la posibilidad de participar en el cribado de empresas que quieran instalarse en Málaga, el munícipe enfatizó que el propio mercado «hace ese carácter selectivo». «Las empresas más capaces y sostenibles suelen ser las más exigentes en preparación y nivel salarial». «Vendrán las mejores. A nosotros nos interesan aquellas que paguen más».

Business Insider España se puso en contacto con el Ayuntamiento de Málaga para ampliar la opinión del alcalde, pero no hubo respuesta. La relación entre el aterrizaje de firmas tecnológicas y el impacto en la trama urbana —y particularmente en la configuración del mercado de la vivienda y sus barrios— se abordó en este artículo publicado en junio de 2021.

El candidato a la Alcaldía de Málaga por el PSOE, Daniel Pérez, saca pecho de la Málaga tecnológica: «Si Málaga es hoy una potencia en el sector tecnológico es gracias a la apuesta que hizo el PSOE porque creyó que Málaga tenía que tener el Parque Tecnológico. Es un trabajo que realizó Pedro Aparicio [alcalde socialista entre 1979 y 1995] y que desarrolló la Junta de Andalucía».

El Parque Tecnológico que se ubica en Campanillas, a las afueras de la capital, se inauguró en 1992 cuando el Gobierno andaluz lo dirigía el PSOE. «Gracias a ese esfuerzo, del talento malagueño, del Parque Tecnológico y de la universidad, se ha creado un ecosistema en el que tenemos que seguir apostando y consolidar».

Pérez coincide en que hacen falta más oficinas pero apuestan «claramente por el PTA, que necesita una nueva ampliación». «Si hoy Málaga es la Málaga tecnológica es gracias al PTA: la Málaga tecnológica ahora supone el 20% del PIB de la ciudad», asegura.

Sin embargo, el candidato socialista también enfatiza en los problemas sociales que se han ido agravando en la ciudad en los últimos años. En concreto, en los problemas de acceso a la vivienda. «Nos comprometemos a construir 10.000 viviendas de protección oficial. Y con los alquileres, ahora mismo los pisos turísticos se están comiendo el centro».

«Estamos a favor de que vengan todas las empresas. De que todas crezcan. Pero vamos a crecer todos juntos a la vez: que nadie se quede por el camino». Por eso, los socialistas avanzan que, de ganar el 28M, aplicarán la nueva ley de vivienda para declarar zonas tensionadas. También critica al propio De la Torre, Pérez asegura que el alcalde está «noqueado y desdibujado esta campaña».

«Lo que pasa es que la Málaga de moda que están vendiendo va a morir de éxito: o se toman medidas y se garantiza el acceso a una vivienda asequible y que se crezca, pero que crezca todo el mundo: no para que sigan aumentando las desigualdades», zanja.

Mientras muere o no de éxito, las reminiscencias del sector secundario en la capital de la Costa del Sol siguen reivindicando su músculo. 

La antigua fábrica de Fujitsu salvó la pandemia. La planta, especializada en los componentes electrónicos de la industria de la automoción, ahora es la factoría de Denso Ten tras un cambio de accionariado y cerró 2022 con una facturación que no se veía desde los años 90.

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