Una secuencia extraordinaria. La semana pasada terminó con Sam Altman fuera de OpenAI, creadora de ChatGPT, por decisión de la junta directiva. En el medio, apareció un acuerdo con Microsoft para liderar la investigación en inteligencia artificial. Y desde ayer está de regreso en su startup, acomodado en el cargo de CEO. «Amo a OpenAI y todo lo que he hecho en los últimos días ha sido para mantener unido a este equipo y su misión», escribió en su perfil en X (Twitter) el miércoles.
Todavía no está claro qué pasó. La razón expuesta por la junta directiva fue que Sam Altman no había sido sincero en sus comunicaciones. Hasta llegaron a anunciar la contratación de Emmett Shear —ex CEO de Twitch— para su reemplazo. Pero las reacciones estallaron por todos lados. Casi todos los empleados de OpenAI amenazaron con irse en una carta pública. Y el CEO de Microsoft, Satya Nadella, también hizo presión al hablar abiertamente con los medios sobre la crisis y su intención de contratar a Altman y a Greg Brockman, quien era presidente de OpenAI.
Ayer, finalmente, llegó el anuncio formal del regreso de San Altman, pero no todos están seguros de que el espectáculo haya terminado. «Estamos colaborando para resolver los detalles. Muchas gracias por su paciencia en todo esto», publicó la cuenta oficial de OpenAI en X. «OpenAI es nada sin su gente». Y aunque parezca una situación extraordinaria, no ha sido única.
En las últimas décadas, la industria tecnológica ha vivido varios dramas parecidos al de Sam Altman. Es decir, directores ejecutivos que se fueron de sus empresas —por decisión propia o ajena—, para terminar regresando tiempo más tarde. A continuación repasamos algunos de los casos más famosos.
Casos similares al de Sam Altman: Steve Jobs, el más emblemático
Este es, sin lugar a discusión, el caso más emblemático. El fundador de Apple, Steve Jobs, dejó la empresa en 1985, también luego de una secuencia intensa de desacuerdos internos. En especial, con el entonces CEO de la compañía, John Sculley. Toda una paradoja, porque fue el propio Jobs quien había fichado a Sculley cuando este trabajaba para Pepsi.
Macintosh, entre otras cosas, no había alcanzado las expectativas comerciales esperadas y la relación entre Jobs y Sculley se fue deteriorando poco a poco. En mayo de 1985, en medio de una profunda reestructuración interna, Sculley apartó a Jobs de sus principales responsabilidades. Meses más, Jobs se marchó de Apple y fundó NeXT.
A diferencia de Sam Altman con OpenAI, el regreso de Steve Jobs a Cupertino no fue inmediato. Los de la manzana tuvieron que esperar más de una década para ver de regreso a su figura más importante, en medio de su peor crisis. En 1996, Apple compró NeXT y trajo al empresario de vuelta. En 1997, Jobs reasumió como CEO e inició el camino que no solo sacó a la empresa del lodo, sino que también la convirtió en la más valiosa del mundo.
«Me hubiera gustado, en retrospectiva, buscar de nuevo a Steve y decirle: ‘Quiero ayudarte a regresar a Apple’. Ojalá Apple hubiera vuelto a contratarlo antes», reconoció Sculley en 2015, en una entrevista con CNN.
Bob Iger, el hombre que intenta poner orden en Disney
Bob Iger se convirtió en director ejecutivo de Disney en 2005 y lo fue por los siguientes 15 años. Durante su gestión, se concretaron las compras de Pixar, Marvel, Lucasfilm y la mayor parte de 21st Century Fox. Hasta que en 2020 anunció su intención retirarse. «No siempre es bueno para una persona tener demasiado poder durante demasiado tiempo», dice en su autobiografía El viaje de toda una vida (2019).
Con la pandemia de la COVID-19 todavía incipiente, Disney no esperaba un panorama tan desafiante con la salida de Iger. Si bien el ejecutivo nunca se alejó del todo de la compañía —siguió formando parte de la junta directiva hasta fines de 2021—, a fines de 2022 sorprendió la noticia de su regreso como CEO.
El mandato fallido de Bob Chapek, que incluyó pérdidas operativas en su unidad de streaming, la polémica demanda de la actriz Scarlett Johansson y otras varias controversias, alimentaron su regreso.
Así, Bob Iger llegó a un acuerdo multimillonario con Disney para dirigir la compañía, al menos, hasta 2026. «Una y otra vez, Bob ha demostrado una capacidad sin igual para transformar Disney con éxito», dijo en julio Mark Parker, presidente de la compañía. Eso sí, no todo ha sido color de rosas desde su regreso. A los despidos en sus distintas divisiones, se le han sumado múltiples fracasos comerciales de las películas de sus estudios, incluyendo las de Marvel.
Michael Dell, otro «joven maravilla» como Sam Altman
Michael Dell también se fue y volvió de la dirección de su propia compañía, pero sin tanta polémica como en el caso de Sam Altman. Dell fundó su empresa de informática en 1984, cuando tenía apenas 19 años. En muy pocos años logró establecerse como uno de los fabricantes de ordenadores más importantes del mundo.
En 1992, Michael Dell se convirtió en el director ejecutivo más joven en ingresar en la lista Fortune 500. Ocupó el cargo de director ejecutivo durante más de 20 años, hasta que en 2004 renunció al rol. Sin embargo, se mantuvo en la empresa como presidente de la junta directiva.
Pero su regreso se produjo más rápido de lo esperado. En 2007, después de una seguidilla de informes financieros trimestrales por debajo de los objetivos, retomó la conducción de la compañía en reemplazo de Kevin Rollins. Ya de regreso como CEO, lideró la adquisición de EMC Corporation en 2015, a cambio de 67.000 millones de dólares. Fue, en su momento, la compra más cara en la historia del sector tecnológico, superada hace poco por la de Microsoft a Activision Blizzard por 68.900 millones de dólares.
Michael Dell todavía cumple su rol como CEO de la firma que lleva su apellido y está en el top 20 de empresarios más ricos del mundo.
Jack Dorsey y el caso de Twitter
Jack Dorsey fue uno de los fundadores de Twitter, ahora conocida como X. Se convirtió en su director ejecutivo en 2006. En 2008, el cofundador Evan Williams asumió el cargo, mientras Dorsey pasó a ser presidente de la junta directiva. En este tiempo, fundó la aplicación de pagos digitales Square, que también se convirtió en una empresa multimillonaria.
Volvió a ser director ejecutivo en 2015, luego de que Dick Costolo renunciara. El susodicho había abandonado el cargo en medio de una polémica por sus comentarios sobre cómo lo avergonzaba que la empresa no pudiera acabar con el contenido abuso y los trolls.
Sin abandonar la dirección de Square, Dorsey ocupó el cargo durante otros seis años. En 2021, anunció su salida en un tweet. «Finalmente, es hora de que me vaya», escribió en un comunicado, diciendo que la empresa estaba «lista para seguir adelante». Si bien no fue despedido como Sam Altman, Jack Dorsey sí fue presionado a renunciar por algunos inversores que reclamaban un CEO exclusivo para Twitter.
El que sí corrió una suerte similar a la de Sam Altman fue Parag Agrawal, al menos en lo que respecta a su despido. El sucesor de Jack Dorsey fue el último CEO de Twitter hasta que Elon Musk compró la red social. El ejecutivo estuvo a cargo de gestionar la compañía durante la caótica transición hasta que el magnate se hizo cargo de la firma, y fue removido de su cargo. Eso sí, a diferencia de Altman, ni Agrawal ni Dorsey estarán pronto de regreso en la compañía californiana.