La IA no solo va a cambiar tu trabajo, sino también a tu jefe.
Aunque hay estudios que sugieren que la IA puede dar a los trabajadores de a pie un gran incremento en su productividad, hay indicios de que no se limitará a automatizar puestos de trabajo y a sustituir a los trabajadores humanos, sino que desempeñará un papel más complejo en el entorno laboral.
Fabian Stephany, que imparte clases sobre IA en el Oxford Internet Institute, explica a Business Insider que la inteligencia artificial tiene un papel más «difuso en el mercado laboral» que el de simplemente provocar la «desaparición automatizada» de puestos de trabajo a «escala masiva».
Stephany se encuentra entre los expertos que han asegurado a BI que la IA podría afectar al puesto de trabajo de tu jefe tanto como al tuyo, ya que la IA convierte las habilidades —y no la escala— en la referencia por la que se juzga la importancia de los líderes en el mundo laboral.
La IA, añade, está influyendo en el entorno laboral a «nivel de tareas y habilidades». «Se limita a potenciar y automatizar ciertas cosas», añade.
Según Ravin Jesuthasan, responsable mundial de los servicios de transformación del gigante de la consultoría Mercer, los cambios que trae consigo la IA van en consonancia con los cambios que se están produciendo en la forma en que las empresas abordan el liderazgo.
«Las empresas ya están empezando a reescribir las reglas del liderazgo, a reescribir las reglas de la gestión, y a recompensar a los directivos por cosas diferentes», explica Jesuthasan a BI.
Históricamente, la veteranía de un trabajador reflejaba el tamaño de su equipo y su presupuesto.
Con la IA en escena, no reflejará tanto los salarios y los presupuestos, sino que será una forma en que los empleadores dirán: «Voy a recompensarte de verdad por tu impacto en la empresa», ha dicho Jesuthasan.
Nicola Morini Bianzino, director global de tecnología de EY, explica a BI que, si la IA reestructura la carga de trabajo de las personas, y hace que cada trabajador sea más productivo, parámetros como el número de subordinados directos o el tamaño del presupuesto pueden dejar de ser medidas válidas de liderazgo.
«Básicamente, hay que darle un giro a nuestra forma de ver la disciplina de la gestión en general», resume.
«No se trata de hacer algo que ya se hacía ayer de forma más eficiente. Se trata de hacer algo completamente distinto», sentencia.