Conseguir un buen trabajo que entusiasme, suponga un reto y paguen bien, no es fácil. Incluso puede ser especialmente complicado cuando eres un trabajador con más edad, en un mercado laboral en el que parece que todas las empresas bajo el sol ansían a los millennials y la generación Z.
Según Lindsay Mustain, exreclutadora de Amazon convertida en coach de desarrollo profesional, solo hay una edad buena para buscar trabajo y esa es la de 35 años. «De lo contrario, eres demasiado viejo y estás sobrecualificado o eres demasiado joven y estás subcualificado», dice.
Solo la idea ya escuece. Aunque Mustain bromea, hay algo de verdad en sus palabras. Las investigaciones sugieren que las personas de más edad tienen más dificultades para encontrar trabajo.
Un estudio, que analizó cientos de observaciones de economistas, sociólogos y psicólogos, descubrió que los que solicitaban trabajo con más de 50 años estaban desempleados 5,8 semanas más que los de 30 a 49 años, y 10,6 semanas más en comparación con los de 20 a 29 años.
No cabe duda de que existe un prejuicio por razón de edad que es fácilmente demostrable.
Se trata de una visión perjudicial y discriminatoria, pero los expertos afirman que hay formas de protegerse de algunos de esos prejuicios cuando se está buscando un nuevo empleo. Los objetivos, aseguran, deben ser capitalizar la experiencia y los contactos, puliendo su marca y maximizando su red profesional.
Revisar tu currículum y perfil de LinkedIn
Mucho antes de que se publique un puesto de trabajo, los responsables de selección de personal se mueven entre bastidores para identificar una cantera de perfiles con talento.
Según Mustain, el «estándar de oro de la contratación» es la búsqueda de los llamados candidatos pasivos, que, a diferencia de los solicitantes tradicionales, no buscan en las bolsas de trabajo ni solicitan los puestos disponibles. «Nunca esperamos a que aparezca el candidato adecuado», afirma.
Por eso hay que llamar la atención de un reclutador en las primeras fases del proceso. Hay que empezar por revisar el currículum y el perfil de LinkedIn para destacar tus habilidades y logros específicos.
«Los reclutadores buscan soluciones, personas que puedan hacer o ahorrar dinero a la empresa», explica. «Se debe ser muy claro sobre la marca que has dejado en las organizaciones en las que has trabajado».
Aquí es donde el veterano tiene una ventaja sobre sus homólogos más jóvenes. Un historial de trabajo más largo debería ofrecer más oportunidades para demostrar la experiencia y el impacto causado, asegura Aditya Sharma, cofundador de HiCounselor.com, una empresa de apoyo a la carrera de los candidatos a puestos de tecnología y gestión.
«El currículum debe mostrar 3 cosas: Lo que has hecho, cómo lo has hecho y los resultados cuantificables», afirma.
Por ejemplo, se pueden enumerar las habilidades funcionales y transferibles como el liderazgo y el trabajo en equipo. En ese caso, uno de los apartados del CV debería explicar que se dirigió un equipo de X personas para construir Y producto, lo que condujo a Z resultado. El objetivo es «mostrar cómo se puede beneficiar a la empresa».
El consejo profesional de Mustain para el currículum es que no hay necesidad de enumerar más de 20 años de experiencia. Es mejor quitar el año graduación para que no «invite a los empleadores a hacer cuentas».
Trabaja tu red de contactos
Una de las principales formas de encontrar trabajo es dejar de buscar como se hacía antes. Eso significa no asumir que enviar una solicitud para un puesto por Internet es suficiente para asegurar una entrevista.
«No subas un currículum frío», explica Rob Barnett, un reclutador de Nueva York que busca candidatos para empresas de medios de comunicación y tecnología.
En lugar de eso, hay que utilizar los contactos y hacer un trabajo de detective para identificar y dirigirse a los jefes a cargo de la contratación. «Hacer todo lo posible para evitar ser uno más para RRHH».
Una vez más, los trabajadores con experiencia pueden tener una ventaja en este caso: haber pasado más tiempo en el mundo laboral significa también más contactos profesionales.
Ponerse en contacto con antiguos colegas es la forma sencilla de empezar. Invitarlos a comer o a tomar un café, aunque sea a través de una pantalla, da la oportunidad de explicar la situación y dejar claro que se está abierto a recibir consejos y a ser recomendado. Mencionar algunos proyectos, empresas y oportunidades que sean de interés puede llevar la conversación por lugares inesperados.
Conectar con personas con las que se querría trabajar en el futuro también es parte del proceso de tener una ventaja sobre los más jóvenes. Mustain sugiere buscar en LinkedIn a las personas más influyentes del sector. «Encontrar personas que compartan contenidos que resulten interesantes y empezar a comentar», aconseja.
Preguntar sobre una tendencia o tecnología, y muy especialmente, asegurarse de preguntar si hay algo en lo que se pueda ayudar. Al final, «el mundo es recíproco».