¿Te imaginas que la fruta que pasa por tus manos (como consumidor, productor, comercializador o distribuidor) conservara durante más tiempo su color, sabor y firmeza?
Bio2Coat lo consigue a través de una tecnología propia de recubrimientos comestibles 100% naturales que alargan la vida útil y comercial de la fruta. Estas películas frenan el deterioro de los productos, su sobremaduración y senescencia sin necesidad de emplear productos de síntesis ni envases de plástico.
Además, Bio2Coat es compatible con las principales certificaciones de producto, como residuo cero, vegano, bio y orgánico, entre otras.
“Los recubrimientos funcionan como una segunda piel sobre la superficie de la fruta, controlando el intercambio gaseoso que interviene en su maduración a través de la respiración y la transpiración y protegiéndolo también contra los factores externos del deterioro, como son la oxidación, el daño mecánico y la contaminación microbiológica”, explica José Ignacio Velasco Perero, cofundador de la compañía que, entre muchos reconocimientos, ha logrado el sello Pyme Innovadora, otorgado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.
“Las frutas tratadas con nuestros recubrimientos mantienen sus características nutricionales y organolépticas durante más tiempo y muestran un mejor aspecto en términos de color, brillo y firmeza”, añade el también CEO de Bio2Coat.
Con ello, asegura que aportan a la cadena agroalimentaria una tecnología segura, sostenible y eficaz contra las pérdidas, el desperdicio y el uso de plásticos, que está aceptada por las autoridades sanitarias y compuesta únicamente por ingredientes alimentarios.
Además, no deja residuos ni microplásticos. Es versátil y competitiva frente a las soluciones poscosecha convencionales, pues ejerce, al mismo tiempo, la función conservante, protectora y estética, siendo de fácil aplicación y económica para el cliente.
¿A quién beneficia Bio2Coat y cómo?
Nuestros recubrimientos no solo benefician a los productores de fruta, sino también a los distribuidores, comerciantes y consumidores; es decir, a toda la cadena de valor.
En primer lugar, aportamos a la fruta un mayor valor económico que deriva de una reducción en la merma de peso que se produce durante su transporte y almacenamiento y que puede aproximarse a un 50% menos, según el tipo de fruta y las condiciones aplicadas. Como consecuencia, se obtiene un mayor rendimiento, se reducen las penalizaciones y aumentan los ingresos.
En segundo lugar, nuestros recubrimientos aportan un mayor valor comercial a las frutas como consecuencia de la extensión que provoca en su vida útil y que puede llegar a ser hasta un 40% más larga según el tipo de fruta y las condiciones aplicadas. Esto permite periodos de comercialización más largos y abarcar mercados geográficos más extensos para estas frutas.
En tercer lugar, el consumidor recibe fruta de mayor calidad y frescura, con un mejor aspecto y protección microbiológica y que mantiene durante más tiempo sus cualidades y valores nutricionales.
Me gustaría resaltar también el impacto positivo medioambiental y social que ejercemos desde Bio2Coat.
Como consecuencia de nuestra tecnología se logran reducciones en las mermas y desperdicio alimentario, también en el uso de plásticos y en la generación de residuos, así como en el aumento de disponibilidad de fruta fresca de calidad para determinadas poblaciones y colectivos.
¿Cómo distribuís el producto?
Lo suministramos en forma líquida para ser aplicado directamente sobre la fruta mediante las técnicas de mojado habitual en poscosecha, como pulverización, empapado o inmersión.
Una vez seco, se transforma en una película inapreciable que controla la maduración de la fruta, reduce su deshidratación y su oxidación, actuando como barrera frente a microorganismos.
El producto se suministra en forma líquida. Una vez aplicado y seco se transforma en una película inapreciable que controla la maduración de la fruta y actúa de barrera contra los microorganismos
¿Quiénes son vuestros principales clientes?
Son los productores que, bien en sus propios almacenes o bien en los centros de transformación, como son las centrales o alhóndigas, pueden aplicar nuestros recubrimientos sobre la fruta antes de su envasado, empaquetado y almacenaje o posterior distribución.
También nos dirigimos a agentes más próximos al consumidor final y que sufren directamente una buena parte de las pérdidas; es decir, comercializadores (mayoristas) y distribuidores (minoristas), que son prescriptores y por tanto transmisores de las tendencias y preferencias de los consumidores.
¿Qué respuesta esperáis del consumidor?
Confiamos en la respuesta satisfactoria del mercado, sabiendo valorar los beneficios que Bio2Coat incorpora, también dada la creciente sensibilidad y compromiso que los consumidores demuestra hoy hacia la sostenibilidad.
Precisamente, esa ha sido la opinión general desprendida de los resultados de encuestas de opinión que llevamos a cabo con poblaciones representativas de unos 200 consumidores de diferente edad y procedencia geográfica. De ellos, un 82% manifestaba consumir fruta fresca al menos una vez al día.
Con estas encuestas, se pudo poner de manifiesto que el 50,5% de la población no consume más fruta fresca debido a su corta vida útil, mientras que el 71,2% se muestra dispuesto a consumirla si fuera más larga.
El 94,5% manifestó haber desechado alguna vez fruta fresca por no ser apta para el consumo y al 87% le gustaría poder reducir esas pérdidas.
Finalmente, el 84% manifestaba estar dispuesto a comprar y consumir productos frescos con recubrimiento Bio2Coat.
En la misma línea, los resultados de análisis sensorial llevados a cabo también han resultado positivos. Indican que los consumidores valoran más el brillo, el color, la textura y el sabor de la fruta que ha sido tratada con nuestros recubrimientos. También reflejan una mayor intención de compra frente a la fruta de la muestra de control.
¿Por qué dirías que es importante la innovación sostenible en el sector agro?
Está demostrado que innovar es la mejor, y me atrevo a decir que casi la única, manera posible de avanzar competitivamente en cualquier actividad o sector económico.
En el caso del sector agroalimentario quizás lo es aún más, pues tradicionalmente no ha sido líder en términos de modernidad, tecnificación y eficiencia. Por ello, se hace todavía más necesaria la implantación de una cultura de la innovación.
Hoy también conocemos lo nefastos que resultan los efectos de la contaminación y del cambio climático en general y, por lo tanto, cualquier proyecto u actividad humana no tiene sentido si no se lleva a cabo bajo principios de sostenibilidad.
Considero que la innovación y la sostenibilidad deben ir siempre de la mano y más aún si es dentro de un ámbito tan sensible como es el agroalimentario.
«La innovación y la sostenibilidad deben ir siempre de la mano, más aún en un ámbito tan sensible como el agroalimentario»
En el caso de Bio2Coat, ¿cómo surge la idea de llevar a cabo vuestra innovación?
El germen de Bio2Coat surge alrededor de 2015 como consecuencia de una primera colaboración científica mantenida con mi colega y cofundadora, la Dra. Farayde Matta Fakhouri, en aquel entonces investigadora de la UFGD y la UNICAMP de Brasil.
Estuvo motivada porque ambos compartimos una misma pasión por la sostenibilidad y una misma preocupación por el desperdicio alimentario y por el excesivo uso que se hace de los envases plásticos en la cadena agroalimentaria.
Combinando nuestros backgrounds en Ingeniería de Materiales y en Ingeniería de Alimentos, nos enfocamos en la búsqueda de sinergias entre ambos ámbitos tecnológicos que permitieran abordar los desafíos mencionados.
Concluimos que la aplicación de películas comestibles podía ser una solución plausible para alargar la vida de alimentos frescos de manera natural y así poder contribuir a la reducción del desperdicio alimentario y del uso de envases de plástico.
Desde entonces, nuestro único empeño ha sido convertir esa idea en una realidad, en poderla llevar a mercado en forma de producto y en adecuarla y optimizarla desde el punto de vista técnico y económico, persiguiendo las mejores condiciones para lograrlo.
¿Cuánto tiempo ha pasado hasta convertir el proyecto en realidad?
Desde que decidimos iniciar este proyecto, allá por 2015, transcurrieron unos tres años dedicados íntegramente a la investigación dentro del ámbito académico.
En 2018, pudimos proteger, en forma de patente, una primera composición alimenticia y un proceso que permiten elaborar recubrimientos que alargan la vida útil de frutas y hortalizas, y también películas y láminas que pueden sustituir al plástico en determinados envases de alimentos.
¿Qué ha sido lo más complejo?
La protección de una invención o nueva tecnología en forma de patente es un proceso complejo, largo y costoso que debe contemplarse como una inversión a largo plazo.
Además, con independencia de la protección legal que supone la eventual patente, cada nueva tecnología o nuevo producto siempre debe continuar validándose y mejorándose técnica y económicamente, por lo que nunca acabas de alcanzar un objetivo definitivo.
En España, ¿es fácil innovar en el sector agroalimentario?
La cultura de la innovación en España en sectores como el agroalimentario, en comparación con la de otros sectores industriales, dista todavía de estar plenamente integrada como una parte esencial de la actividad empresarial.
Afortunadamente se está avanzando mucho en los últimos años, gracias a un impulso decidido por parte de corporaciones, asociaciones empresariales, e instituciones, principalmente.
Las iniciativas Cajamar Innova y Plataforma Tierra, ambas de Grupo Cajamar, fomentan este trabajo. ¿Cómo las valoras?
En efecto, dentro de las iniciativas existentes actualmente en España, la incubadora Cajamar Innova que impulsa Grupo Cajamar hace una excelente labor, dedicándose a fomentar la innovación relacionada con todo lo que tiene que ver con el agua, algo fundamental para el sector agroalimentario.
Por su parte, Plataforma Tierra agrupa y facilita la información y conexión de todos los actores involucrados en el sector, por lo que supone una herramienta muy útil y valiosa.
«La incubadora Cajamar Innova hace una excelente labor. Por su parte, Plataforma Tierra supone una herramienta muy valiosa»
A vosotros no os ha ido nada mal…
Desde diciembre de 2020, cuando formalizamos el registro de la compañía como una spin-off de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC BarcelonaTech), no hemos parado de formarnos para encarar de la mejor manera posible los desafíos que venimos afrontando y que tenemos por delante.
Ello ha sido posible gracias a nuestro paso por diferentes programas de incubación y aceleración para startups, tanto nacionales como internacionales, habiendo sido también recientemente seleccionados para participar en el programa de acompañamiento tecnológico StartBEC cofinanciado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y AINIA orientado a empresas emergentes en Bioeconomía.
En nuestro breve recorrido hemos logrado el sello de Pyme Innovadora, otorgado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, y hemos obtenido financiación pública gracias a varios programas , así como otras ayudas económicas menores y numerosos premios de diversa naturaleza.
No podemos nombrar a todas las instituciones y personas que nos han ayudado a llegar hasta aquí y a las que todavía hoy nos ayudan a avanzar en nuestro camino. A todos ellos nuestro máximo agradecimiento.
¿Qué recomiendas a los emprendedores que empiezan en innovación agro?
Les recomendaría que no dejen de aprovechar las oportunidades que existen para poder recibir apoyo económico desde las instituciones públicas. Existen numerosas convocatorias a todos los niveles: ayuntamientos, CC. AA., Gobierno de España y de la UE.
También pueden encontrar numerosos programas de incubación y aceleración que les permitirán recibir ayuda no económica, aunque en ocasiones incluso también puede haberla, pero muy valiosa, a base de formación para poder avanzar adecuadamente en su proyecto.
Por último, es muy recomendable darse a conocer en todos los foros posibles y no dejar de creer en su proyecto.
De cara al futuro, ¿cuál es vuestro reto?
Quizás sea poder extender la efectividad de nuestros recubrimientos a la mayor variedad posible de frutas y hortalizas y, pensando a mayor largo plazo, a otros tipos de productos frescos, como carnes y pescados.
Actualmente tenemos soluciones eficaces para fruta tropical (aguacates, mangos, papayas, chirimoyas), fruta de pepita (peras y manzanas) y fruta de hueso (ciruelas), pero trabajamos para lograr hacer efectivos nuestros recubrimientos en más segmentos, como el de los cítricos, fresa, pepino, y otros.
¿Y los planes más inmediatos de Bio2Coat?
En nuestro horizonte para este 2024 hay tres objetivos principales: aumentar el número de acuerdos con clientes, conseguir levantar fondos y estructurar la compañía para empezar a operar en España.
Buscamos clientes, colaboradores y socios motivados por la lucha contra el desperdicio alimentario, con los que llegar a ser referentes en sostenibilidad para el mercado agroalimentario global.