Telefónica se ha vestido de gala para la presentación de su plan estratégico hasta 2026, que tuvo lugar en su primer Día del Inversor en 11 años. Casi todo el protagonismo del evento se lo llevó José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo del operador, que dibujó una visión de futuro más digital que nunca para su empresa.
Pero junto a los planes para Telefónica, la intervención de Pallete fue muy interesante porque planteó los próximos horizontes y retos para el sector de las telecomunicaciones en general, que no se encuentra en un buen momento en la actualidad por el retroceso económico o hitos como la venta de Vodafone España a Zegona.
Uno de sus planes llama especialmente la atención, ya que pone el dedo en la llaga en uno de los problemas más acuciantes del sector: el reto de seguir costeando una infraestructura en la que el tráfico no deja de crecer año tras año por el crecimiento de las plataformas y de los servicios en la nube, lo que beneficia a las tecnológicas pero no a las telecos.
Pero a lo lejos se divisa una enorme oportunidad para los operadores de telecomunicaciones que tiene que ver con la nube.
«El incremento en el tráfico y la necesidad de un rendimiento enriquecido requerirá acceso a más capacidad de computación distribuida, más allá de la nube actual», como aseguró el presidente ejecutivo de Telefónica durante su Capital Markets Day 2023.
Aunque en este punto Pallete parecía referirse a los planes en los que ya está embarcada Telefónica para hacer que su red esté virtualizada y desagregada mediante tecnología como Open RAN y el ecosistema de API para desarrolladores dentro de la iniciativa Open Gateway, esta visión de futuro va mucho más allá.
Y es que el mandamás de Telefónica y de la GSMA, la patronal internacional de las telecos que organiza el Mobile World Congress, plantea un horizonte en el que las capacidades inteligentes de las redes sean las sucesoras del cloud, o al menos releven a la nube de muchas de sus funciones actuales.
«No hay forma de que estos servicios [digitales del futuro] se basen solo en la tecnología de la nube, sería tecnológicamente imposible y muy poco eficiente en cuanto a energía», como asevera Pallete.
Aunque lógicamente el presidente ejecutivo de Telefónica está barriendo para casa, ha expresado una visión que al mismo tiempo convence a muchos y genera no pocas incógnitas a otros: ¿cómo se gestionará el aumento de tráfico?, ¿sucederán las redes inteligentes al cloud?, ¿qué pasa con los hiperescaladores y la regulación?…
Business Insider España ha preguntado a expertos para conocer qué piensan sobre la visión de futuro que da la llave a las telecos del futuro del cloud.
La tendencia es clara: el aumento del tráfico obligará a la nube a adaptarse…
Los expertos están mayoritariamente de acuerdo con la primera parte del argumento de Pallete, ya que el aumento del tráfico y otros hitos del mercado supondrán retos que obligarán a que el sistema actual de la nube se adapte y evolucione.
«Tecnológicamente y considerando el ritmo de crecimiento de tráfico anual no va a ser factible que todos los servicios digitales sean accesibles a los usuarios solamente desde el cloud«, destaca Héctor Donat, CEO en Fivecomm.
Según el último informe de DOMO, Data Never Sleeps 10.0, en abril de 2022 tenía acceso a internet el 63% de la población mundial, pero el aumento en los usuarios no solo seguirá en los próximos años, sino que pondrá las cosas difíciles al sector a nivel de tráfico.
«Queda un 37% de población que eventualmente se unirá a Internet en los próximos años y, cada vez más, la población que tiene acceso en la actualidad se está convirtiendo en lo que llaman heavy user o usuario intensivo», destaca Verónica Ferrer Moregó, profesora de EAE Business School y partner en Pitayanext.
Para los expertos, esto hace que el cloud tenga que plantearse formas de evolucionar de cara a futuro, aunque el sector está ya muy acostumbrado a ello.
«La nube tendrá que ir evolucionando –como lo lleva haciendo durante años– acorde al incremento de tráfico y actividad por parte de los usuarios», como asegura Vicent Soler Ruiz, CEO y cofundador de Kenmei Technologies.
…aunque una nube congestionada parece un escenario improbable
Pese al crecimiento del tráfico y las tareas cada vez más exigentes que las personas y las empresas llevan a cabo a través de la nube pública, no parece muy probable que llegue a producirse una situación de congestión grave.
Primero, porque el modelo de funcionamiento más común en la mayor parte de empresas y también en muchos servicios es el de la nube híbrida o el edge computing, que conllevan que una parte de la capacidad se ejecuta en una nube privada o en el propio dispositivo, respectivamente.
«No creo que la nube vaya a congestionarse […] Vivimos un momento con todo tipo de soluciones, las nubes híbridas son la opción favorita de las empresas», como afirma Jesús Cristóbal, profesor de OBS Business School.
Y segundo, porque la capacidad de la nube no depende del tráfico sino de la capacidad de crear nuevas infraestructuras como los centros de datos, y de momento este mercado tiene margen de crecimiento y de evolución.
«La congestión de la nube está ligado no solo a la variable de crecimiento de tráfico, sino al crecimiento también de la nube en paralelo. Se congestionará en el momento donde haya más tráfico que capacidad de crecimiento de la nube», señala Ferrer Moregó.
La eficiencia energética, gran tarea pendiente del modelo actual
Pero si hay un aspecto de los denunciados por el presidente ejecutivo que preocupa especialmente al sector, ese es que los centros de datos pueden ser un reto para la sostenibilidad por la cantidad de energía que consumen. Y también de agua.
Uno de los casos más sonados en España es el del macrocentro de datos que Meta, la matriz de Facebook, planea construir en la localidad toledana de Talavera de la Reina y que sería de los más importantes de la compañía en el continente europeo.
Pero la memoria técnica del proyecto contempla que las instalaciones consumirán 200 millones de litros anuales de agua potable, y la cifra superaría los 665 millones contando las necesidades asociadas, como oficinas, servicios, riegos, estación eléctrica… Y esto puso en pie de guerra a los vecinos de una zona afectada por la escasez de recursos hídricos como es Castilla-La Mancha.
«Los data center miden el consumo en litros de agua y esto es algo controvertido. Repartir con el edge computing y con los dispositivos que a día de hoy todos llevamos encima parece la línea de futuro», alerta el profesor de OBS Business School.
¿Serán las redes inteligentes de las telecos las que sucedan o complementen al cloud?
«No somos solo una red de telecomunicaciones, somos algo diferente, algo mayor». Esto es lo que llegó a afirmar José María Álvarez-Pallete en el estrado de Telefónica.
La virtualización de redes desagregadas hace que el CEO del operador tenga muy claro que el paraguas necesario para el cloud de cara al futuro no será otro que el de esas redes inteligentes y personalizables, con un ecosistema de software propio mediante API y funciones de inteligencia artificial para que la infraestructura sea más eficiente.
Los expertos dan por descontado que la nube seguirá creciendo para dar cabida a los servicios del mundo digital, eso sí, siempre que los datos adicionales sigan generando valor económico.
La nube es principalmente una entidad limitada por inversión, es decir los data centers pueden ser tantos y dimensionados de tal manera como se desee. Así mientras tenga sentido económico la ampliación en capacidad –es decir, la explotación de los datos sea rentable, en cualquiera de sus formas–, tendrá sentido el continuar invirtiendo», según Soler Ruiz.
Eso sí, que finalmente las redes de telecomunicaciones virtualizadas sean o no las elegidas del cloud como nuevo apoyo en sus tareas dependerá mucho de los beneficios que les ofrezcan y también del coste en comparación con simplemente abrir nuevos centros de datos.
Los expertos no lo descartan pero tampoco lo dan por sentado y sobre todo hay un obstáculo que impacta con los planes de Telefónica de reducir su deuda mediante la contención de la inversión: que tiene un coste significativo que tienen que asumir las telecos.
«A nivel tecnológico la redes de telecomunicaciones virtualizadas desagregadas serán capaces de ofrecer servicios y realizar algunas de las tareas que actualmente se realizan en el cloud. No obstante esto requiere una profunda transformación en los operadores de telefonía móvil en muchas de sus áreas y de cara a sus clientes finales«, según el CEO de Fivecomm.
«Como toda innovación el reto no está solo en la idea, sino también en la implementación y en la ejecución de una manera sostenible, escalable y a la velocidad adecuada que demanda el mercado actual», puntualiza en este sentido la docente de EAE Business School.
La regulación puede entrar en juego, y Europa se ha posicionado con las telecos
Y por si el funcionamiento normal del mercado no fuese ya suficientemente intrincado, la visión de futuro de las redes de telecomunicaciones expresada por Pallete tiene lugar en un contexto en el que la regulación puede ser determinante en el sector.
Los 20 mayores operadores europeos, entre ellos Telefónica, han enviado una carta al Parlamento Europeo en la que reactivan una de sus peticiones históricas más importantes: la de que las tecnológicas que ocupan más de un 5% de su red contribuyan a los despliegues de infraestructura, en lo que las telecos llaman reparto justo o fair share.
Tras una consulta pública, la Comisión Europea prepara un borrador de ley que se espera que se publique en 2 o 3 meses, y las declaraciones del comisario Thierry Breton apuntan a que las telecos podrían ser las grandes beneficiadas. Algo que no sorprende a los expertos.
«Que quién soporta los gastos de mantenimiento e infraestructura no sea quién le saca directamente un rendimiento (comercialización) es una paradoja que, con el tiempo, deberá resolverse de una manera ganadora para todas las partes implicadas», señala Ferrer Moregó.
Pero que no convence demasiado a otros.
«Las telecos siempre han tenido su infraestructura montada, pero los beneficios de las OTT son tan estratosféricos que ahora quieren su parte. Están en la posición de pedir pero no creo que tengan derecho. Si la UE legisla a favor sería una forma de proteccionismo que llevaría a encarecer el servicio para el usuario final», responde por su parte Jesús Cristóbal.
El papel de los hiperescaladores, a examen
Sin embargo, el enfoque de las reivindicaciones sobre el fair share se centran en los OTT, o las plataformas más utilizadas, como son las de Meta (Instagram, Facebook), Google (YouTube), TikTok o Netflix, pero dejan de lado a los proveedores de servicios en la nube: Microsoft Azure, Amazon Web Services y Google Cloud, propiedad de 3 de las mayores tecnológicas globales.
Y en este sentido el recientemente aprobado Reglamento de Mercados Digitales (DMA, por sus siglas en inglés) puede ser un ejemplo por su incapacidad para poner en cintura el fenómeno de plataformización de la inteligencia artificial.
La Comisión designó a principios de septiembre a los primeros guardianes de acceso que tendrían que cumplir de forma inmediata el Reglamento de Mercados Digitales. Google, Amazon, Apple, Meta, Microsoft y TikTok fueron designados gatekeepers bajo los criterios de la nueva norma. Sin embargo, ningún hiperescalador de la nube fue designado.
No lo fueron porque sencillamente no cumplían con los umbrales concretos según los cuales la regulación europea te considera sujeto a la norma si la compañía tiene un volumen de negocio superior a los 7.500 millones de euros en la Unión Europea o una valoración bursátil de 75.000 millones, o si tienen 45 millones de usuarios mensuales en la Unión Europea.
Max von Thun, director del Open Markets Institute, explicaba a Euractiv que uno de los propósitos del Reglamento de Mercados Digitales es ser ágil para prevenir nuevos monopolios «antes de que sea demasiado tarde». «Irónicamente», continuaba, «las plataformas designadas como guardianes de acceso forman parte de industrias que ya están muy concentradas».