Las nuevas formas de concebir el trabajo tienen muy en cuenta la eficiencia en la producción. Sin embargo, también están empezando a aparecer nuevos riesgos sociales emergentes….
Las nuevas formas de trabajo están dando lugar a nuevos riesgos psicosociales. El universo laboral adopta formas de trabajar que son reflejo de nuestros avances como sociedad. Estos cambios impactan en la organización de cada empresa, pero también tienen el potencial de generar consecuencias nocivas sobre la salud física y mental de los trabajadores.
El tipo de enfermedades y los accidentes que ocurren vinculados al puesto de trabajo también está cambiando. En los países más avanzados, como España, las estadísticas de accidentalidad se reducen año tras año en cuanto a los riesgos tradicionalmente físicos (caídas, derrumbes, intoxicaciones, etc.); sin embargo, están aumentando otros de carácter tanto psicológico como social.
«Los factores psicosociales pueden favorecer o perjudicar la actividad laboral y la calidad de vida laboral de las personas».
-Pedro Gil-Monte-
¿Qué son los riesgos psicosociales?
Los riesgos psicosociales en el ámbito laboral están relacionados directamente con las condiciones laborales. Así, nos encontramos con aquellos derivados de la alta exigencia, la temporalidad o la flexibilidad horaria. Pueden favorecer el desarrollo de la persona o limitarlo; cuando afectan negativamente hablamos de riesgos y debemos tenerlos en cuenta a la hora de identificarlos y prevenirlos.
Una condición del trabajo se convierte en un riesgo cuando adquiere la capacidad de generar un daño tanto psicológico como físico a un trabajador. Para Moriano-León (2019) son cuatro las características definitorias de los riesgos psicosociales:
- Impactan en los derechos fundamentales de los empleados.
- Inducen cambios en la salud mental de los trabajadores.
- Poseen cobertura legal.