Mark Zuckerberg, CEO de Meta, quiere poner en forma a la compañía en una especie de «operación bikini» deshaciéndose de miles de trabajadores. Pero, como en cualquier dieta de choque, existen riesgos.
«Cuanto más ajustado, mejor», escribió Zuckerberg la semana pasada en un texto de 2.200 palabras en el que anunciaba la segunda ronda de despidos de la empresa en 4 meses.
Los últimos recortes, que afectarán a unos 10.000 empleados y a unos 5.000 puestos vacantes, ponen de relieve el giro de 180 grados que ha dado la empresa desde el año pasado, cuando su plantilla casi se duplicó desde el inicio de la pandemia.
Los despidos en el sector son generalizados y Meta no es la única que ha realizado recortes masivos de plantilla en poco más de 4 meses.
Amazon también anunció el pasado lunes que iba a despedir a 9.000 empleados más, una cifra que se suma a los recortes de 18.000 puestos de trabajo que la empresa llevó a cabo en enero. La plantilla de Twitter, por su parte, es aproximadamente una cuarta parte más pequeña de lo que era cuando Elon Musk compró la empresa el año pasado y empezó a ejecutar despidos masivos.
Zuckerberg quiere ahora una Meta adelgazada —en la línea de su «año de la eficiencia»— para ser «un imán aún mayor para la gente con más talento» y un «lugar para inventar el futuro». El CEO asegura que en Meta, la matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp, «la gente será más productiva, y su trabajo será más divertido y satisfactorio.»
Pero la estrategia de Zuckerberg de intentar animar a los empleados que han quedado pintándoles un futuro soleado mientras hace muy poco que se han ido muchos de sus compañeros, no da una buena imagen y no será bueno ni para ellos, ni para la contratación, ni para la empresa en general, según 2 expertas en gestión consultadas por Business Insider.
Los despidos pueden distraer a los trabajadores, frenar la innovación y minar la moral. En otras palabras, el plan de Zuckerberg es erróneo.
Los recientes recortes de empleo de las empresas tecnológicas ponen de relieve los errores que muchos, incluida Meta, cometieron al contratar demasiado rápido, explica a Business Insider Sandra Sucher, profesora de gestión de la Harvard Business School, que ha estudiado los despidos.
«Hay que dar un paso atrás y reflexionar sobre qué clase de empresario razonable pone en riesgo a las personas duplicando el tamaño de su organización en 2 años«, afirma. «¿Cuáles fueron las condiciones que vieron para que eso fuera una apuesta razonable?».
Un Meta más flaco y más mezquino
Zuckerberg sostiene que «cuanto más plano, más rápido», por lo que Meta recortará múltiples capas de gestión.
Sucher afirma que replantearse cómo dirigir una organización y buscar formas de hacerla avanzar más rápido tiene sentido, siempre que la organización lo haga con sensatez.
Pero aunque Zuckerberg haya presentado un plan para una estructura de gestión más ágil y eficaz, no ha ofrecido muchos detalles concretos sobre cómo se desarrollarán los despidos.
Se espera que las reducciones se lleven a cabo durante varios meses: algunos se producirán a finales de abril, pero otros tendrán lugar a finales de mayo, pero una parte menor de los despidos podría prolongarse hasta finales de año.
Los últimos recortes no han sido ninguna sorpresa para algunos, pero algunos trabajadores se han mostrado muy molestos por la «frialdad» con la que la empresa los ha gestionado.
Sucher asegura que Zuckerberg corre el riesgo de perder cierta credibilidad entre los trabajadores. «Todo lo que ha intentado hacer es mandar el mensaje de ‘contad conmigo para tomar buenas decisiones y al final de esto os haré saber cómo os afecta'», explica Sucher.
En lugar de recurrir a los despidos, Sucher argumenta que las empresas deberían buscar otras formas de reducir sus plantillas, como apuntar al desgaste natural de los empleados menos motivados, las compras y la congelación de la contratación. Aunque la experta tampoco niega que los despidos son eficaces para que las empresas encaren y superen las recesiones.
Con demasiada frecuencia, los empresarios no tienen en cuenta todas las ramificaciones —y costes ocultos— que conlleva el despido de personal, además de las consecuencias obvias para los trabajadores. «Hay que planificarlo para que no acabe con la empresa», afirma Sucher.
Un intento de reinvención
En el núcleo del texto de Zuckerberg subyace una cuestión central: ¿hasta qué punto puede la empresa reinventarse?
Sí, puedes cambiar de nombre. Y, por supuesto, puedes cambiar de estrategia. Pero los estudios sugieren que la mayoría de las empresas tienen una capacidad limitada para llevar a cabo una transformación a gran escala.
La probabilidad de que Meta se convierta en una organización diferente de la que es ahora es pequeña, según asegura a Business Insider Anita Williams Woolley, profesora de comportamiento organizativo en la Escuela de Negocios Tepper de la Universidad Carnegie Mellon.
Los últimos movimientos de Zuckerberg son el resultado de su intento de volver a los primeros días de Facebook como una startup, afirma. Es comprensible que quiera idealizar una época en la que la empresa era más ágil y menos burocrática.
Pero los despidos inyectan incertidumbre y desconfianza tanto en los empleados actuales como en los futuros, asegura Woolley. Además, «la burocracia que Zuckerberg cree que puede eliminar se basa en patrones y rutinas que son difíciles de borrar», afirma. «No te deshaces de ella deshaciéndote de la gente».
Entonces, ¿qué debería hacer Zuckerberg en su lugar? «Yo fundaría una nueva empresa», declara rotundamente Woolley. «Le preguntaría: ‘¿Qué intentas hacer que tu empresa actual no pueda hacer ahora mismo?». Entonces le diría que creara una empresa para competir con ella».