El sector de la ayuda a domicilio o también llamados cuidadores a domicilio reúne a más de 80.000 autónomos y pequeños negocios en España, según datos de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA). Ahora se enfrenta a un cambio normativo -el Real Decreto 893/2024, aprobado a mediados del pasado septiembre- que les impone nuevas exigencias en materia de seguridad y salud en el trabajo, lo que supone más costes para los autónomos y pequeños negocios que prestan estos servicios.
Con una población que envejece rápidamente –se espera que una cuarta parte de los españoles tenga más de 65 años para 2050–, la demanda de cuidados asistenciales seguirá en aumento, pero este escenario prometedor para el sector podría verse empañado por las crecientes dificultades económicas derivadas de las nuevas regulaciones.
Y es que el Real Decreto 893/2024, que tiene como objetivo mejorar la seguridad y salud de los trabajadores en la ayuda a domicilio, introduce varias obligaciones que impactarán directamente a los autónomos y para muchas pequeñas empresas. Una de las principales novedades es que estos deberán realizar evaluaciones de riesgos laborales en cada domicilio donde ellos o sus trabajadores presten servicios. Esta evaluación es obligatoria y debe llevarse a cabo mediante visitas presenciales al hogar, con el fin de detectar cualquier riesgo potencial para el trabajador.
El impacto económico para los cuidadores puede superar los 30.000 euros anuales
Los riesgos identificados pueden variar desde problemas ergonómicos hasta la manipulación de cargas pesadas, dependiendo de las condiciones específicas de cada hogar. Las empresas estarán obligadas a implementar medidas preventivas basadas en los resultados de estas evaluaciones. Estas medidas pueden incluir el uso de equipos de protección individual, la dotación de más personal para realizar determinadas tareas, o incluso la introducción de equipos mecánicos para facilitar el trabajo.
Cumplir con estas nuevas exigencias “va a tener, a buen seguro, un impacto económico significativo, especialmente para los autónomos y los pequeños que suponen la mayoría del sector”, como señalaron a este diario en la Asociación Española de Servicios Asistenciales (AESA). Las evaluaciones de riesgos laborales pueden tener un coste variable, dependiendo del tipo de hogar. “En casas más pequeñas y con tareas más simples, el gasto para realizar estas evaluaciones estimamos entre 200 y 500 euros”, continuaron en AESA. “Sin embargo, en hogares más grandes o con condiciones más complejas, el coste puede alcanzar entre 500 y 1.000 euros”. Este gasto incluye la visita de un técnico especializado y la elaboración del informe de riesgos.
Además, la necesidad de dotar a los trabajadores de equipos de protección individual (EPI) añade un coste adicional. Equipar a cada trabajador con los EPI necesarios, como guantes, mascarillas y arneses, puede suponer un gasto de entre 100 y 200 euros por empleado al año. “Para un pequeño negocio, con 8 o 10 empleados, esto implicaría un desembolso de entre 1.000 y 2.000 euros anuales, sólo en material de protección, y sin contar roturas o sustituciones”.
Si las evaluaciones determinan la necesidad de más personal para tareas específicas, las empresas también habrán de sufragar costes adicionales. Contratar a un nuevo trabajador a tiempo completo puede suponer entre 18.000 y 25.000 euros anuales, lo que representa un desafío considerable para microempresas con márgenes ajustados. Para muchas de estos pequeños negocios, este aumento en los gastos podría comprometer su viabilidad, obligándolas a repercutirlo en sus tarifas, lo que les haría perder competitividad, o a reducir la cantidad de hogares atendidos, lo que menguaría su volumen de negocio.
El sector de las ayudas a domicilio crece a un ritmo superior al 11% anual
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los servicios sociales sin alojamiento, que incluyen la ayuda a domicilio, han mostrado un crecimiento constante desde 2020. En el segundo trimestre de 2024, la tasa de variación interanual alcanzó un destacado 11,3%, lo que demuestra que este es un sector en plena expansión. Por comunidades autónomas, las de Madrid y Murcia lideraron este crecimiento, con un aumento del 30,3% y 20,8%, respectivamente. Así, aunque el sector se muestra robusto, las nuevas exigencias podrían frenar este ritmo de crecimiento si los negocios no consiguen adaptarse a tiempo.
El sector de la ayuda a domicilio genera alrededor de 12.000 millones de euros anuales, lo que lo convierte en uno de los pilares de los servicios asistenciales en España. Este volumen de negocio sigue creciendo a medida que aumenta la demanda de servicios para personas dependientes. La mayoría de las empresas que operan en este sector son micropymes con menos de 10 empleados, según el Directorio Central de Empresas (Dirce) del INE, lo que refuerza la importancia de estos pequeños negocios en la economía local y regional. Más del 80% del sector está formado por este tipo de microempresas, muchas de las cuales son gestionadas por autónomos o pequeños empresarios familiares.
Además, en el sector hay cierto malestar con estos últimos cambios. En AESA expresan su preocupación por la equiparación de las auxiliares de ayuda a domicilio con las empleadas domésticas en la nueva normativa. “Es un error tratar a dos colectivos tan diferentes de la misma manera”, señalaron a este diario. “Nuestras trabajadoras están altamente cualificadas para atender a personas dependientes, mientras que las empleadas domésticas realizan funciones más generales en el hogar. Esta equiparación supone un retroceso para la profesionalización de nuestro sector”.
Además, señalan que el sector de la ayuda a domicilio ya está regulado por la Ley de Dependencia y cuenta con un convenio colectivo específico. “Incluirnos en la misma normativa que regula a las empleadas domésticas no tiene sentido, ya que nuestras necesidades y riesgos son muy diferentes”. AESA teme que este enfoque genere confusión y afecte a la calidad del servicio que ofrecen estas empresas, perjudicando tanto a los empleados como a los usuarios finales.
El porcentaje de población mayor de 65 años podría alcanzar el 25% en 2050
A pesar de todas estas dificultades, el sector de la ayuda a domicilio tiene futuro, merced al envejecimiento acelerado de la población. España es uno de los países más longevos de Europa, y se estima que el porcentaje de personas mayores de 65 años podría alcanzar el 25% en 2050. Esto hará que los servicios de cuidado a domicilio sean más demandados que nunca, tanto en áreas urbanas como rurales, dando en este último empleo a muchas personas. “Un crecimiento de la demanda que constituye toda una oportunidad para el sector, pero solo si somos capaces de adaptarnos a los nuevos retos”, concluyeron los expertos.
De hecho, según ellos, la clave, especialmente para los pequeños negocios, será encontrar un equilibrio entre cumplir con las nuevas exigencias normativas y mantener la rentabilidad. Y para muchos de ellos, esta nueva regulación puede significar la diferencia entre crecer o verse forzados a cerrar.