Todos los veranos, y ya casi en cualquier época del año, las imágenes de los incendios forestales se convierten en la noticia de cabecera de los telediarios.
Según los datos recopilados por el Área de Defensa contra Incendios Forestales del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el pasado año se produjeron en nuestro país 10.507 siniestros forestales, de los cuales 7.194 fueron conatos de incendio (de superficie menor a una hectárea) y 3.313 incendios forestales (de más de una hectárea). En total, el fuego arrasó 267.947 hectáreas de superficie forestal, un 43% de área arbolada y un 57% de superficie no arbolada.
Y si atendemos a los datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS), el área calcinada se eleva hasta casi 310.000 hectáreas, según recoge RTVE. Esto supone un 39% del total de superficie que ardió en la Unión Europea en 2022 (786.049 hectáreas).
Con estos datos delante, parece evidente que hay que poner los medios oportunos para tratar de atajar los incendios. Y aunque desde el Ministerio se han puesto en marcha diversas medidas, como acciones de sensibilización, aplicación de inteligencia artificial en la prevención de incendios, despliegue de brigadas de labores preventivas, dotación de medios materiales y humanos para la extinción, etc., parece que todo es poco y que nunca es suficiente.
Ante tal panorama, el invento creado por César Sallén está llamado a ser todo un éxito. Según explica ABC, Sallén ha estado investigando y probando su producto durante 15 años, hasta dar con la fórmula del producto que podría ser la solución a los incendios forestales.
El resultado final es Ecofire, un producto fabricado con componentes de completamente inocuos y 100% orgánicos que es capaz de apagar el fuego sin desprender sustancias tóxicas para el medio ambiente.
“Me han apoyado muchísimo los bomberos de la Diputación Provincial de Huesca. Trabajando conjuntamente entendí las necesidades que tenía que cubrir mi idea para ser de diez, creando un producto que fuera 100% orgánico, biodegradable, comestible, completamente líquido y que al fabricarlo o al usarlo no generase ni un gramo de residuos”, declara Sallén al diario.
Según especifica Ecofire, algunas de las ventajas de este producto. Por ejemplo, reduce inmediatamente la temperatura, lo que permite actuar con mayor proximidad. Además, cortar el humo de manera inmediata, evitando intoxicación. Asimismo, es inocuo, no irrita piel, ojos y fosas nasales, no genera gases tóxicos y no es corrosivo ni tóxico. Todo ello hace que este producto reduzca el riesgo para quien extingue el fuego.
También destaca sus prestaciones. Asegura que es entre 6 y 10 veces más rápido que el agua y otros medios de extinción. Además, produce la extinción total del fuego, que no se vuelve a reactivar una vez apagado. Y también incide en que no transmite el calor.
Otro aspecto interesante es que el producto no sólo sirve para apagar incendios, sino que también se puede aplicar como tratamiento preventivo. Así pues, se puede aplicar como barrera contra el fuego, actúa como cortafuegos. Además, al evitar la propagación del fuego, se puede emplear ante cambios climatológicos y vientos.
Sallén explica que uno de los mayores desafíos que ha tenido que resolver en el desarrollo del producto es conseguir que perdure en el tiempo. “Los bomberos me decían que cambia el viento y vuelve el fuego donde uno creía que ya estaba extinguido. Y este producto, una vez que mojas un árbol o cualquier tipo de maleza que haya en el monte, no se puede quemar”, puntualiza.
Ecofire impregna el cuerpo y se queda pegado, creando una capa carboxílica que anula la conductividad térmica, rompiendo la reacción en cadena que produce la temperatura de la llama en la materia forestal. Y al quedarse adherido, también evita el contacto con el oxígeno.
El inventor explica que este producto rompe “dos partes del triángulo del fuego”. “Una es el combustible, que en este caso son los árboles. En el otro lado está el oxígeno: si no hay, no puede arder. Y baja la temperatura porque el fuego ya no encuentra nada que pueda quemar o reaccionar con él. Ni echándole gasolina podemos quemar un pino al que hemos rociado con Ecofire”, asegura, como recoge ABC.
La sustancia permanece adherida seis meses o hasta que llueva en abundancia (más de 10-15 litros por metro cuadrado). Entonces, se disuelve y se integra en el suelo, sin generar residuos.
Con la vista puesta en el futuro, estudia el desarrollo de ropa que lleve componentes de este producto, como guantes y botas para equipar a los bomberos. Gracias a esta ropa, confía en que los encargados de extinguir los incendios incluso puedan atravesar las llamas sin quemarse.