Coinscrap Finance, Reveni y Monei son sólo tres de las casi 1.000 fintech que conforman el ecosistema en España —977 para ser exactos, según los últimos datos disponibles—.

Con esta cifra, el mercado español de empresas financieras con base tecnológica ocupa la tercera posición en el ránking europeo, sólo por detrás de Alemania (978) y Reino Unido (2.439 fintech). Sobre el total de Europa, las fintech españolas representan un 6%, según otro estudio de Deloitte. Las alemanas, un 8%, y las británicas, un 44%.

Por si no fuera suficiente, en el mundo, España mantiene la sexta posición en el ránking de los países con más presencia de fintech en su territorio, desde (al menos) 2020 —datos que coinciden con un informe de Deusto Formación publicado en el mismo año—.

Deloitte cuenta que las fintech orientadas a los pagos, la contabilidad y la facturación, el software de servicios financieros y los seguros han sido las que más financiación han captado. Muy por delante de las financieras orientadas al asesoramiento, crowdfunding o gestión de inversiones.

Sin embargo, la primera gestora digital de España, Crescenta, cerró el año pasado la mayor ronda pre-seed que se ha visto en el sector —3,5 millones de euros—.

«En general, el ecosistema goza de buena salud. España ocupa la tercera posición por número de fintech en Europa y la sexta del mundo», destaca a Business Insider España David Conde, CEO y cofundador de Coinscrap Finance.

«Es cierto que, con la subida de tipos, el venture capital —que antes fluía con mayor facilidad— ha estado mucho más caro y algunas startups, principalmente las B2C, lo han pasado peor. Quizás por esta dificultad, cada vez se ven más fintech que pivotan al modelo B2B, y es aquí donde se están viendo las mayores rondas: Embat, ID Finance o Divilo, por ejemplo», menciona Conde.

Embat acaba de cerrar una ronda de 15 millones de euros. ID Finance, 140 millones de deuda para mejorar sus productos financieros. Y Divilo superó los 50 millones desde su captación con una ronda de seis millones a finales de 2023 —con las expectativas de ser rentables este mismo año—.

«El ecosistema fintech español ha alcanzado un nivel de madurez notable, tanto por la calidad de los profesionales involucrados como por la diversidad y calidad de los proyectos en desarrollo», destaca Jesús Javier Guevara-Monjes, fundador y CEO de Aura Pay.

No obstante, Eva Ruiz, responsable de Fintech en Visa para el sur de Europa, cree que, aunque los números parecen decir lo contrario, persisten los retos de financiación.

«Eso hace que, aunque sea un ecosistema muy nutrido, muy variado y con propuestas de innovación súper potentes, tenga ciertas dificultades adicionales frente a los nórdicos o Inglaterra para tener una escalabilidad más acelerada», añade la directiva.

«Estamos lejos de ser un país que apuesta por la innovación»

En 2023, el sector fintech fue uno de los que más capital atrajo, por detrás de la logística y la movilidad y de las startups que desarrollan soluciones de big data. Sin embargo, en el mismo año, se llevaron a cabo 44 operaciones de fintech e insurtech y 30 y 11 de los otros dos sectores mencionados, según los datos del Observatorio del Ecosistema Startups en España de Bankinter.

Aun así, el Banco de España cree que las fintech siguen teniendo una dimensión muy reducida en comparación con el tamaño del conjunto del sector financiero, tal y como recoge su estudio Las empresas fintech: panorama, retos e iniciativas de 2022.

Pero admite que, debido al impacto que están teniendo en varias actividades de la cadena del valor, es inevitable hacerles un seguimiento.

«Otras industrias no financieras están detectando valor en las fintech que quizás no han encontrado en los actores más tradicionales», añade Eva Ruiz de Visa. «Pero las fintech españolas empiezan a tener seguridad en sí mismas para buscar inversores en el extranjero. El ecosistema está evolucionando y sofisticándose. Eso hace años no pasaba —excepto en algunos casos puntuales—».

«También vemos que se está produciendo un cambio en cuanto al origen del capital, con cada vez más presencia de apoyos nacionales», comenta Iñigo Aguirre, director de Payhawk España.

Entonces, ¿por qué parecen tener más éxito en el extranjero que dentro de las fronteras? Por las barreras regulatorias.

«Esta situación está llevando a que varias de estas empresas consideren la posibilidad de trasladarse a otros países con un entorno regulatorio e impositivo más favorable», advierte el responsable de Aura Pay. «Para contrarrestar esta tendencia, es crucial implementar medidas que hagan más atractiva la permanencia en España, siguiendo el ejemplo de ciudades como Madrid o Málaga».

También son los grandes inversores internacionales los que están identificando que el crecimiento del ecosistema fintech es algo más que una tendencia emergente, puntualiza Carles Marcos, director general de Qonto en España.

«En lo que respecta a las perspectivas de futuro, las estimaciones apuntan a que los ingresos generados por las fintech se multiplicarán por seis. En este sentido, Reino Unido y la Unión Europea representan el tercer mercado mundial de entidades financieras y se espera que su crecimiento se multiplique por cinco respecto a 2021, impulsado por el sector de los pagos», añade.

Más allá del capital, el CEO de Dogood People, Ignacio Barriendos Hoppichler, pone el foco en la cultura del riesgo de los grandes players y de los inversores minoristas.

«Necesitamos capital, pero también algo que no se ve, que es un cambio en la propia cultura de las grandes corporaciones. Al fin y al cabo, son de las que dependemos nosotros. Si sus equipos se atreven a tomar la decisión incómoda —a no ir a las tres compañías más grandes— ahí también hay una oportunidad que nos permitirá competir a nivel internacional», defiende Barriendos.

Otra española, Monei, que ya tiene entre sus clientes a actores como Telefónica, Marriot o MediaMarkt, resalta la importancia de la colaboración entre fintech, entidades financieras tradicionales y entidades públicas para seguir creciendo y tener cada vez un peso mayor en la economía española.

«Este enfoque colaborativo no solo responde mejor a las necesidades de los consumidores, sino que también promueve a España como un hub fintech líder en Europa, atrae inversión, fomenta la competitividad y democratiza el acceso a servicios financieros de calidad», Alex Saiz Verdaguer, fundador y CEO de Monei a Business Insider España.

«Hay mucho más que ganar colaborando juntos que yendo cada uno por su lado. Las grandes empresas —financieras o no— no están preparadas para crear, implantar y comercializar rápidamente nuevas capacidades tecnológicas. Las fintech sí. Así que en realidad es simbiótico. Y ahora se es mucho más consciente de ello que hace cinco o siete años», celebra Ruiz.

Ahora bien, Barriendos no es tan optimista cuando habla de inversores particulares. El directivo de Dogood People cree que todavía tiene que cambiar mucho la cultura de riesgo en España para que sea realmente un ecosistema desarrollado. Eso o todas las compañías españolas dejarán de serlo.

«Estamos en un país muy tradicional. La mayoría de las inversiones de particulares se siguen haciendo en real state. Si tú le preguntas a cualquiera por la calle, te dirá «aquí se compran pisos». Teniendo una cultura del riesgo así y una oferta donde la mayoría de los productos son de poco riesgo, creo que es mentira que estamos en un ecosistema ultra desarrollado», critica.

«Está más desarrollado que hace 10 años, sí, pero estamos lejos de ser un país que apuesta por la innovación«, sentencia Barriendos.

Si no se reducen las barreras regulatorias, ni se promueve el emprendimiento, la financiación, la escalabilidad de los proyectos y la colaboración con otros actores del sector financiero se perpetúa la debilidad del ecosistema y los retos de siempre se hacen cada vez más grandes para las fintech.

A las fintech (y a España) les falta pisar el acelerador

Lo sorprendente es que, a pesar de los obstáculos que han ido mencionando los responsables de las fintech, la situación del ecosistema español sigue siendo de ebullición y los emprendedores son un poco más optimistas —aunque cautelosos— respecto a 2024.

«A pesar de los desafíos regulatorios, es importante insistir en que el ecosistema fintech español sigue siendo vibrante y dinámico, con proyectos que muestran un enorme potencial para impulsar la digitalización y mejorar la economía del país», destaca el directivo de Aura Pay.

«En algunos sectores puede haber una saturación de competidores, pero también existen oportunidades para innovar y diferenciarse, lo que contribuirá a fortalecer el panorama fintech y a impulsar el crecimiento económico de España», añade.

En el corto plazo, vaticina el responsable de Monei, las fintech en España se enfrentan a varios desafíos que podrían impactar en su crecimiento y desarrollo. Sobre todo, por la competencia cada vez más intensa con fintech internacionales y las compañías tradicionales lanzando sus propias soluciones.

«La competencia en el sector, la aparición y consolidación de las fintech ha supuesto la irrupción de más operadores en el mercado, que compiten entre sí para ofrecer productos de cada vez mayor calidad y personalizados a las necesidades de un cliente más exigente. En este sentido, el aumento de la competencia comporta un signo de madurez para el sector», cuenta el responsable de Qonto.

«Hay muchos players que van a aportar valor y van a poder seguir siendo disruptores. Pero en un ecosistema tan fragmentado —que en algún momento tiene que consolidarse— van a desaparecer muchas soluciones tecnológicas puntuales que solo aportan una parte de valor y no son un servicio súper completo», aporta el CEO y cofundador de Crescenta Ramiro Iglesias.

«Esto podría llevar a una saturación del mercado y dificultar la diferenciación de las empresas, especialmente para aquellas que ofrecen servicios similares», advierte el responsable de Monei.

Sin embargo, en cuanto a la regulación, el directivo cree que las fintech pueden verla como una oportunidad, como un marco sólido que brinde estabilidad y confianza tanto a los clientes como a los inversores. «Así pueden también demostrar su compromiso con la transparencia y el consumidor«.

«Al final es un problema de aceleración. Si miramos 10 años atrás, todo lo que existe ahora, antes no existía. Hemos creado una base muy potente y, como ha dicho Eva, no estamos mal en el ranking europeo», contextualiza Eduardo Gaspar, jefe de ventas de Coverflex, en un encuentro de Visa con Business Insider España durante la edición 2023 de Visa Innovation Program Europe en España.

«Hay que tener las miras en el largo plazo y analizar esos riesgos que hemos comentado, pero hay que acelerar porque estamos en el camino correcto», defiende. «¿Cómo? A través de partnership, de colaboraciones en eventos como VIPE… En definitiva, de nutrirnos unos a otros. Hay muchos deberes por hacer, pero lo veo con mucha ilusión, como una oportunidad y un vaso que hay que llenar«.

Ruiz cree que lo más fácil —y lo más peligroso— es no hacer nada. Y que los intercambios dentro del ecosistema, entre las fintech, los actores tradicionales e incluso las empresas no financieras jugarán una especie de karma para el futuro del sector en España.

«Se trata de crear valor para el ecosistema. Cuanto más prestes al ecosistema, este también estará encantado de colaborar contigo. Cada uno tiene que asumir su responsabilidad. Y yo sí que creo que tiene que haber más iniciativas que de manera abierta y curiosa, pero también práctica y con intención, exploren esas posibilidades de colaboración en el mundo de las fintech», defiende Eva Ruiz.

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