¿Qué hace un ingeniero en diseño industrial dirigiendo una empresa de moda como Sepiia? La respuesta la da Federico Sainz de Robles, CEO de la compañía: “Cuando acabé el instituto yo quería hacer diseño de moda, pero entonces la moda no existía como carrera y mis padres me animaron a estudiar una carrera universitaria. Así me formé como ingeniero. En la carrera aprendí que el diseño sirve para resolver problemas y ayudar a la gente a través de un producto o un servicio”.
Y eso es lo que ha puesto en práctica: “La mayoría de los diseñadores crean las prendas a partir de maniquíes y pensando en criterios estéticos y nosotros lo hacemos con la vista puesta en las necesidades de la persona que lo va a usar en el día a día, que estira el brazo, que se mueve, que se sienta o se reclina”. Y nació Sepiia: prendas de vestir con tecnología aplicada para hacer el día a día más fácil a los usuarios y generar el mínimo impacto medioambiental.
El proyecto arrancó en 2016. Para entonces, Federico Sainz de Robles llevaba cinco años trabajando en el mismo laboratorio textil en el que había entrado a hacer prácticas tras un máster en nuevos materiales.
“Ahí descubrí no sólo los nuevos materiales, los nuevos procesos y todas las ventajas que tenía la tecnología, sino también todo lo que se había avanzado en tecnología textil que sólo se estaba aplicando en sectores muy técnicos: medicina, militares, astronautas, olvidando la ropa del día a día. La ropa que vestíamos todos los días tenía un montón de problemas no solo a nivel medioambiental (empezaba a tener mucha relevancia la moda sostenible) sino también a nivel funcional, porque la ropa actual funciona casi peor que la tenían nuestros padres hace 20 o 30 años y eso hace que cada vez usemos menos la ropa porque cada vez se estropea antes y cada vez es más contaminante producirla”.
Los fundamentos están en la utilidad
Habla en primera persona del plural, pero en aquella época era él solo. Y él solo llegó a Lanzadera. “Ellos estaban buscando gente que tuviese una idea, un proyecto con capacidad de generar un gran producto, pero que todavía no hubiese desarrollado nada. Yo venía de producto, de conocer proveedores, pero no tenía ni idea de cómo hacer una empresa de todo eso, de manera que cuando entré en su programa fue cuando realmente se creó la empresa. Estuvimos dos años preparando el prototipo y, a partir del tercer año empecé a integrar gente en el equipo”.
Hoy son 22 personas (14 mujeres y 8 hombres), han vendido ya más de 100.000 prendas, llevan recaudados 2,5 millones de euros en tres rondas de financiación, han facturado más de 5 millones de euros desde su fundación y, para 2023, aspiran a alcanzar los 6 millones de euros en ventas. Todo ello a través de la tienda online, de su primera tienda física (abierta en 2021 con vistas a ampliar la red) y de marketplaces como Zalando, Amazon o El Corte Inglés.
Veamos seguidamente cuáles son sus claves:
Confort y mantenimiento cero. “Lo primero que hicimos fue estudiar qué le pasa a un usuario a lo largo de su día que una camisa tiene que satisfacer y qué le puede pasar a una camisa a lo largo de un día. Con esta mezcla de necesidades buscamos las tecnologías que pudiesen dar el mejor rendimiento posible. Y vimos que las prendas tenían que cumplir tres factores: confort, mantenimiento cero y sostenibilidad. El confort se transfiere a través de un tejido elástico, agradable al tacto, cómodo de llevar. Para el tema del mantenimiento, desarrollamos unos tejidos transpirables, que no se arrugan, que no acumulan olores, que no se manchan. Eso permite que la misma prenda se pueda usar cinco días sin lavarse y así liberamos al usuario de andar cuidándola”.
Reduciendo el impacto ambiental. “Desde el comienzo decidimos que, si hacíamos algo dentro del mundo de la moda, tenía que ser sostenible. Así que nuestras prendas son 100% circulares; dentro de poco lanzaremos una colección con material 100% reciclado, y, además, reducimos al máximo todo lo que es impacto medioambiental. Manejamos dos indicadores: emisiones de CO2 y huella de agua y vemos de qué manera gracias a los materiales, a los proveedores, al rendimiento y mantenimiento posterior de la prenda podemos reducir todo el impacto. Y todo ello lo cuantificamos con la plataforma BCome. Así, por ejemplo, sabemos que una camisa nuestra comparada con una camisa normal de algodón requiere un 90% menos de agua y un 70% menos de agua que una de algodón reciclado y menos de la mitad de las emisiones de CO2 en ambos casos y que en 2021, hemos conseguido un ahorro de 3.020.419.000 litros de agua y 165.921 Kg de CO2”.
Proveedores locales. Producimos desde España, desde la materia prima (los hilos y los tejidos) hasta la confección final, que hacemos una parte aquí y otra en Portugal. Los proveedores no son un servicio, sino que forman parte de la empresa y hemos conseguido transmitirles ese sentimiento de que son parte de la familia. Encontrar al proveedor ideal es difícil, pero también es un reto saber cuidarlos.
Segmentación por valores. “Tenemos un público muy variado. Las franjas de edad están entre 25 y 40 años. Pero tenemos un grupo por encima de los 55 años que es un público inesperado porque nuestras campañas de publicidad se hacen en Instagram. De manera que más que segmentar por perfil sociodemográfico, segmentamos por valores: a nuestro público le gusta el confort, la innovación, la tecnología y la sostenibilidad. Desde el ejecutivo que quiere una prenda que no se arrugue por estar horas en el avión, al usuario que suda mucho y quiere evitar olores o el chaval que no quiere planchar, por poner tres ejemplos. Tenemos valoraciones muy elevadas, de 4,4 sobre 5 y una tasa de recurrencia de en torno al 35%.
Sinergias. “Ésta es una de las vías de crecimiento. Ahora mismo, tenemos, por un lado, una colaboración con una marca de uniformes de cocina, Clothink, con la que hemos hecho chaquetillas y delantales para el restaurante de Paco Roncero Taller en el NH Collection Casino de Madrid. Y, por otro, una colaboración con El Ganso, con los que hemos hecho una colección cápsula que ha tenido mucho éxito. Nosotros ponemos nuestros avances a nivel de materiales y tecnología y desarrollo de producto y ellos se encargan del diseño y de la distribución (estamos en más de 80 tiendas de El Ganso) y todo el acceso que tienen a clientes”.
Para el futuro inmediato, su objetivo es “continuar con el desarrollo horizontal de toda la gama: camisetas, chaquetas, ropa de mujer, pantalones… El objetivo es que cualquier persona pueda vestir de los pies a la cabeza con Sepiia. Queremos, además, abrirnos a nuevas plataformas de venta a través de marketplaces y entrar en el mercado internacional, empezando por Europa”.
6 millones de euros es la facturación prevista para 2023
6 millones de euros es la facturación prevista alcanzar para 2023
22 personas en plantilla
4,4/5 es la valoración media de sus prendas
Más de 100.000 son las unidades vendidas
3.020.419.000 litros de agua ahorrados en 2022