En 2006 un grupo de jóvenes montó en Sevilla una firma de moda masculina, sin tener ni idea de la actividad, recuerda Carlos Serra, CEO y fundador de Scotta. “De los tres socios principales, uno trabajaba en marketing, otro tenía negocios de restauración y yo estaba en una consultoría inmobiliaria. Buscamos a un intermediario que nos dijera cómo fabricar, pedimos a amigos y conocidos que nos pusieran en contacto con tiendas multimarca a las que mostrar el producto y los propios clientes nos enseñaban cómo hacer las cosas”.
Con una primera colección de camisas, polos, camisetas y sudaderas, nuestros protagonistas metieron la ropa en el maletero del coche y salieron a vender. “Hemos ido aprendiendo a base de pegarnos muchos tortazos”, reconoce Serra. Pero lo que ha permanecido inalterable estos años es la esencia de la marca, una de las claves que les ha permitido hacerse un nombre propio en el mercado. “Siempre hemos sido fieles a nuestros valores, a nuestra personalidad, que es ofrecer mucha calidad y cuidar los detalles».
Ya desde inicio, y siendo conscientes de que las primeras ventas serían a su entorno más próximo, la reflexión fue la siguiente: «queremos hacer la mejor ropa posible dentro de nuestro segmento, a un precio barato para lo que estamos vendiendo, para que no venga ningún amigo y me ponga la cara ‘colorada’ diciéndome que vaya porquería, que ya se le ha roto esa prenda que nos compró”.
Confiesa Serra que nunca pensaron que iban a llegar al punto en el que están ahora, sino que se daban por satisfechos con pagar las facturas. “A partir de aquí, la filosofía es –y sigue siendo– de una máxima calidad y márgenes muy ajustados”.
Esta apuesta les ha impulsado hasta los 11 millones de euros en 2023 –un crecimiento interanual del 40%- y una previsión de cerrar 2024 cerca de los 14 millones, con una red en España de 5 tiendas propias y 4 franquicias, a lo que suman 20 rincones en El Corte Inglés y mas de 80 tiendas en el canal multimarca, mientras que en el extranjero están presentes con 1 espacio multimarca en Andorra, otro en Puerto Rico y tres córneres en México.
Explica Serra que «el 46% de la facturación procede de los espacios de El Corte Inglés, el 44% del canal retail y el 10% del online”.
Scotta. Una marca donde el aprendizaje continuo es la base del éxito
Scotta nació siendo Backslide. “Antes de montar nuestra primera tienda física [en 2014 en la madrileña calle de Jorge Juan], nos dimos cuenta que el nombre era un drama. Llamaba a un cliente multimarca con el que llevábamos trabajando años, le decía que era Carlos, de Backslide, y me contestaba, ¿de dónde? Decidimos entonces cambiar el nombre a algo más comercial y elegimos la actual denominación, Scotta«.
El episodio ilustra el continuo proceso de aprendizaje dentro de una marca que se encuentra en un momento clave de su trayectoria. “Estamos acometiendo un cambio más importante en la empresa, profesionalizándola mucho más y contratando a gente con experiencia en el mercado, que nos haga crecer de una forma más ordenada”. Como parte de esta evolución, el pasado febrero fichaban a Laura Palomo como nueva directora general.
En paralelo, desde Scotta están impulsando una renovación y actualización de la identidad de marca, además de introducir todo tipo de cambios tecnológicos para digitalizar la empresa. “Hasta ahora estábamos menos digitalizados de lo que deberíamos, sobre todo en cuestiones de stock, algo que me preocupa mucho para dar al cliente una disponibilidad del producto adecuada”. Iniciativas todas ellas encuadradas en una estrategia que tiene como foco principal al cliente, destaca Serra.
EMPRENDEDORES: ¿Qué pide hoy ese cliente y a qué no renuncia?
CARLOS SERRA: Esto ha cambiado mucho en los últimos años. Lo que hoy quiere es que le entretengas. Las nuevas generaciones necesitan mucha rapidez y gran volumen de información, algo que para el sector textil es un hándicap, ya que, en el desarrollo de las colecciones, se tarda mucho más tiempo que en otros sectores. Al final, o te conviertes en una media company o estás muerto. Lo cierto es que, para que un cliente conecte con una marca, tienes que estar dándole contenido de forma constante.
EMP.: ¿Y cómo logran entretener al cliente y que esa conexión se mantenga en el tiempo?
C.S.: No sé si lo conseguimos al 100%, pero sí que lo intentamos constantemente, modificando nuestra forma de trabajar. Si antes hacíamos dos–tres campañas al año de fotografía o vídeo, ahora estamos empezando a realizar ocho, cambiando los lugares y localizaciones.
Buscamos además generar más conversaciones con los clientes y, para ello, partimos de la base de conseguir mucho más datos de ellos, para averiguar qué nos piden. Y luego, mucha prueba–error, en el sentido de probar cosas y, si ves que funcionan, las implementas; si no funcionan, cambias rápido y pruebas algo nuevo; no como antiguamente, donde tenías tu línea de actuación para ese año y de ahí no te movías.
EMP.: ¿Y cuáles son las líneas maestras del cambio de imagen en Scotta?
C.S.: Se trata de ‘elevar’ un poco la marca, de unificar la forma de hablar en los canales donde estamos, además de darle un poco más de presencia por encima del logo, que es lo que más fuerza tenía hasta ahora.
EMP.: ¿Y en cuanto a su plan de expansión?
C.S.: Continuamos apostando por la franquicia, sobre todo a nivel nacional, y estamos dando mucha importancia a la internacionalización. Por otro lado, en el canal online crecemos muchísimo cada año, seguiremos abriendo rincones en el El Corte Inglés, completado todo ello con la distribución multimarca.