Airbnb está introduciendo importantes cambios en su plataforma, entre ellos más de 50 nuevas funciones.

Entre los cambios se encuentra la introducción de «Airbnb Rooms«, que supone una vuelta a los orígenes de la empresa cuando la idea consistía en alojarse en las habitaciones libres de gente local.

Airbnb fue fundada en 2007 por 3 hombres —el consejero delegado Brian Chesky, Joe Gebbia y Nathan Blecharczyk— que tuvieron la idea de alquilar colchones inflables en sus apartamentos como alternativa barata a los hoteles tradicionales.

«Volvemos a la idea que lo empezó todo», afirma Chesky en un comunicado.

Además de admitir que la principal queja que reciben es que Airbnb ha dejado de ser asequible, Chesky explica en una reciente entrevista para Decoder, el podcast de The Verge, qué le ha llevado a querer volver a la idea con la que comenzó todo.

«Creo que algo que sucedió en los últimos años es que una gran cantidad de fundadores, especialmente aquellos que tienen un gran éxito o una aplicación bastante grande, se aburren un poco de su negocio principal y se desenamoran del mismo«, afirma Chesky, que considera que es lo que les sucedió a ellos y por ello empezaron a lanzar una gran cantidad de nuevas ofertas y funciones.

Con los años, añade, sintió que necesitaban volver a las raíces de la empresa, a lo básico, y a sus valores iniciales de compartir antes de pasar a crear cosas nuevas.

Es como cuando Volkswagen reeditó el Beetle a finales de los 90 o Apple sacó el iMac. Hay algo en volver a las raíces que creo que es importante para nosotros y para el alma de la empresa», añade.

Según Chesky, otro de los retos que tienen los fundadores es que cuando construyen el producto, normalmente lo construyen pensando en sí mismos. El problema llega cuando dejan de ser la misma persona que cuando crearon el producto.

«Una vez que tienes éxito, dejas de ser el cliente. No puedo hacer productos solo para fundadores tecnológicos de 41 años. Ese no es un mercado realmente grande. Así que tengo que asegurarme de recordar a mi yo de 26 años que no tenía mucho dinero y que probablemente se alojaría en una habitación en la casa de alguien lo más barato posible», explica Chesky en la entrevista con Decoder.

Aunque la idea de volver a sus orígenes surgió en 2019, la pandemia puso una gran piedra en el camino de esta compañía que vio como el negocio caía en picado en cuestión de semanas: «Hay algo en casi perder algo que te hace volver a enamorarte de ello», declara Chesky en el podcast. Además, compartir espacio con un extraño no era algo que los clientes valorasen en esa época.

Recuperar la confianza de convivir con extraños

Por otro lado, la gente dejó de confiar en hospedarse en habitaciones privadas en casas de extraños, por lo que desde la compañía se pusieron manos a la obra para recuperar su confianza.

Con los años, el perfil del anfitrión se había hecho más pequeño, dejando en un segundo plano quién era esa persona con la que uno iba a hospedarse. Por ello, acaban de crear los pasaportes de anfitrión para darle más importancia a los perfiles.

Es más, Chesky empezó dando ejemplo y optó por poner en la plataforma una habitación de su propia casa.

El directivo admite en dicha entrevista que, a corto plazo, la tarifa media diaria es más baja (ADR, por sus siglas en inglés), por lo que, técnicamente, son menos rentables. Sin embargo, considera que atraerán a mucha más gente joven, lo cual «es bueno a largo plazo y es muy estratégico».

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